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La Fórmula 1 no es una competición para nenazas

Escrito por: Víctor M. Fernández - 11 julio 2016

01_GP-Japon-1976[1]Gran Premio de Japón de 1976: James Hunt y Niki Lauda se juegan el título en la última carrera de la temporada y las condiciones climatológicas hacen que todos los pilotos arranquen en el circuito de Fuji bajo un verdadero diluvio.

Son varios los pilotos de peso (entre ellos Niki Lauda, que llegaba como líder provisional con tres puntos de ventaja sobre Hunt) que se quejan ante la peligrosidad de “acquaplaning” en una pista completamente anegada por el agua, pero la carrera da comienzo con puntualidad, dejando que el azar de la lluvia y la maestría de los conductores lleguen a un entendimiento entre la velocidad que alcanzan y el riesgo que asumen.

Gran Premio de Gran Bretaña de 2016: el Director de Carrera toma la decisión de dar la salida con todos los coches ralentizados por el “Safety Car” al estar la pista mojada tras una lluvia previa que había cesado hacía unos minutos. Es cierto que en algunos puntos había acumulaciones de agua que hubieran requerido la atención de los pilotos para evitarlas y no tentar al temido “acquaplaning”, pero también es cierto que los propios pilotos no entendían muy bien por qué habían salido detrás del “coche de seguridad”.

Cuarenta años de historia de la Fórmula 1 dan para mucho, tanto como para pasar de ser un “deporte de hombres” a convertirse en una “competición de nenazas”.

Y no es que ponga en duda la virilidad de los actuales pilotos (creo que siguen siendo verdaderos atletas en un deporte repleto de riesgo y testosterona), pero sí me parece que algunos de los responsables de la Fórmula 1 llevan los protocolos de seguridad hasta el absurdo en determinadas situaciones.

02_Salida-GP-Gran-Bretana-2016[1]En esta ocasión, creo que Charlie Whiting (Director de Carrera de la F1) ha pecado de exceso de protección, manteniendo el “Safety Car” en pista durante cinco vueltas absurdas, ante unas condiciones climatológicas que dificultaban el pilotaje, pero tampoco hacían impracticable ni la salida ni la lucha entre los pilotos desde el primer instante (en buena parte del trazado no había ni siquiera película de agua, tan solo estaba mojado).

De echo, recuerdo recientemente otras carreras donde había tanta lluvia o más que en la salida de este GP de Gran Bretaña de 2016 y tampoco pareció cundir el pánico o el exceso de protección por parte de dirección de carrera.

El público británico, acostumbrado con asiduidad a ver carreras anegadas por el agua en los distintos campeonatos nacionales, creo que se estaba “descojonando” en las gradas ante semejante “competición para nenazas”.

La Fórmula 1 ha sido siempre una competición para “hombres” (quizá por eso no ha llegado todavía ninguna mujer que haya destacado), para tipos duros, metódicos, precisos, técnicos… y temerarios en determinadas circunstancias, dispuestos a asumir los riesgos que les impone el fragor de la competición, sin que nada les frene, más allá de los potentes discos de carbono de sus monoplazas.

Vaya por delante que soy un defensor a ultranza de la seguridad. Creo que más vale pasarse por exceso que pecar por defecto ante determinadas situaciones, pero lo de este Gran Premio de Gran Bretaña ha rozado el ridículo más absurdo.

04_Sebastian-Vettel_GP-Gran-Bretana-2016Todas las medidas que se tomen en torno a la seguridad de los pilotos deben ser siempre bienvenidas, pero hay algunas que parecen caricaturescas. El nuevo “halo” que se está probando para ver si se introduce en los futuros monoplazas me hace ver los Fórmula 1 como si fueran bólidos de animación de la película “Cars”.

La nueva protección para el “cockpit” que están probando surgió a raíz del accidente fatal de Jules Bianchi en el GP de Japón de 2014, pero el problema en aquella ocasión no era si el piloto estaba suficientemente protegido ante su salida de pista, el verdadero problema es que los monoplazas nunca han estado preparados para estrellarse contra vehículos pesados en medio de la pista. Aquella maldita máquina nunca debió estar allí.

Me alegro de ver a los hombres y su ingeniería trabajando en favor de la seguridad, pero hay cosas que no deben cambiar, especialmente si queremos recuperar aquellos desafíos de velocidad y riesgo (moderadamente controlado) con los que nos deleitaron antaño aquellos legendarios ases del volante (Fangio, Nuvolari, Varzi, Rosemeyer, Caracciola, Stewart, Hunt y Lauda, Senna…).

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  • 1 comentario

    • Antonio dijo:

      Te has quedado corto, ayer casi me da por pegarle al director de carrera. Si aquellas carreras en las que con 900 caballos, sin tanta electrónica, ni estos volantes tan supersónicos, con la cabeza colgando y esos cambios de marchas manuales eran capaces de llegar a hacer carreras, no me explico donde leches ha llegado esta competición llamada Fórmula uno.

      Quizás sea por la poca practica que tienen de entrenar los pilotos y alguno de esos de la FIA este acojonado. Lo de antes si que era de verdaderos machos, lo de ahora es de simulador, personalmente, los ponía a correr en un estadio lleno de gente con pantallas gigantes y cada piloto, sin mojarse por supuesto, tuviera su bebida favorita a mano y se sintiera bien seguro. Quizá me anime a montar el negocio. Saludos Chaval.