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Zona límite » Pequeña gran historia de la F1

Ayrton Senna en la década mágica

Un relato de El Abuelete del M3 - 12 junio 2012

Han pasado ya muchos años desde que “Magic Senna” traspasó el umbral de la inmortalidad tras estrellarse con su Williams en la curva de Tamburello del Circuito de Imola. Desapareció el hombre pero quedó la leyenda. Sin él es imposible imaginar la “Década mágica” comprendida entre los primeros años 80 y los 90.

Fue un tiempo de gigantescos duelos sobre la pista, pues gigantes eran aquel póker de ases que todo se lo jugaron en la pista: Ayrton Senna, Alain Prost, Nelson Piquet y Nigel Mansell. Cada uno con algún rasgo que lo diferenciaba del resto, como esos “moairs” de la Isla de Pascua, tan iguales, tan distintos, peleándose fieramente en todos los circuitos del mundo.

Nelson Piquet había ganado su primer campeonato en 1981 y completó un triplete proclamándose campeón también en los años 83 y 87, era un tipo soberbio que se había ganado a pulso el sobrenombre de “El Gitano” por su melena ensortijada y su facilidad para robar más de un corazón femenino allá por donde pasaba.

Nigel Mansell, británico, fue reconocido como “El León”, por su coraje y su fuerza aplicada a la competición. De clase media baja, sus aficiones eran las peleas de barrio y la velocidad. Algo debía influir en ello su madre, que conducía un modesto Austin a más de 160 km/h sin inmutarse. Fue campeón solo una vez, pero hizo vibrar el corazón de todos los aficionados durante muchas temporadas.

Alain Prost, que ganaría cuatro títulos, procedía de la clase media francesa y aplicaría toda su inteligencia a disponer de los mejores medios de una forma aparentemente educada, sin importarle en el fondo traslucir cuando fuera preciso lo mejor y lo peor de su personalidad. Le llamaron “El Profesor”.

Ayrton Senna, nacido en Sao Paulo el 21 de Marzo de 1960, que ganaría tres títulos mundiales, hijo de una familia tan rica como suelen ser los ricos en Brasil. Lo tuvo todo para llegar a su meta de la Fórmula 1 y todo lo fue ganando, mostrando un potencial que acabaría por llevarle a las más altas cotas de popularidad y admiración mundiales. Si a Prost se le conoció como “El Profesor”, a Senna se le reconocía como “Magic”. Si no hubiera peleado contra rivales tan grandes quizás hoy no sería tan recordado.



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