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Ayrton Senna en la década mágica

Un relato de El Abuelete del M3 - 12 junio 2012

Gran Premio de Mónaco de 1984

En el año de su debut en la Fórmula 1, Ayrton Senna había mostrado ya en Río de Janeiro y en Sudáfrica, donde consiguió su primer punto, que había llegado alguien dispuesto a pelear de principio a fin, sin importarle demasiado los riesgos que hubiera de asumir.

Con un Toleman-Hart claramente inferior a los coches del principio de la parrilla y un aguacero que hoy en día obligaría a demorar la partida o condenar la prueba a consumirse tras el Safety Car, Senna ocupaba el décimo tercer lugar en esa corta y falsa recta que tantas emociones ha producido en el momento de la salida de los Grandes Premios de Mónaco.

El circuito es corto, estrecho y la nube de agua producida por los descomunales neumáticos sobre la lluvia serán motivo de precaución o pánico para muchos de los participantes. Pero no para Senna, que en el primer paso por línea de meta ya ha ganado tres posiciones; en la séptima vuelta está séptimo; cuarto en el giro 14; tercero en el 16 y segundo en la vuelta 19.

Situado aún a 20 segundos de Alain Prost, que lidera la prueba, el Toleman de Senna parece ir sobre raíles bajo el diluvio. Hasta la vuelta 31 la distancia se va acortando y llega a rodar entre 4 y 7 segundos más rápido por vuelta que el McLaren-TAG con motor Porsche del “Profesor” Prost, que se ve superado por el alumno en esa misma vuelta.

Entonces ocurre algo que marcó con una sombra de sospecha el comportamiento de Jacky Ickx, en funciones de director de carrera. El que había sido un destacado piloto de Fórmula 1 y ahora competía regularmente en Sport Prototipos para Porsche, decide dar bandera roja y por concluida la carrera en la vuelta 32.

El reglamento impone la victoria de Prost, que había pasado aún primero por meta en la vuelta anterior. Pero el reglamento también dice que se parten los puntos por la mitad (los 9 puntos del ganador se convierten en 4,5 puntos). Prost lo acepta encantado, en definitiva es otra victoria para su palmarés y el de McLaren. Sin embargo, el destino le mostrará unos meses después que el regalo venía envenenado: su compañero de escudería y rival, Niki Lauda, le arrebata la corona por ¡¡medio punto!!

El campeonato de 1984 termina con Niki Lauda campeón, con 72 puntos, Alain Prost segundo, con 71,5 puntos y el debutante Ayrton Senna finaliza noveno, con 13 puntos, en el primer capítulo de su leyenda.


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