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Gilles Villeneuve, el príncipe sin corona. Parte 4 FIN

Un relato de El Abuelete del M3 - 22 febrero 2021

Un comienzo de temporada difícil para el competitivo Ferrari 126 C2

La temporada 1982 no comenzó de la forma esperada en el seno de la Scuderia Ferrari, a pesar de contar con un nuevo Ferrari 126 C2 que había mostrado un enorme progreso en su nivel de competitividad desde las primeras pruebas realizadas en el circuito de Fiorano.

Ya en los entrenamientos de pretemporada, los F1 de 1982 rodaban en pista en torno a 6 segundos por vuelta más rápido que la temporada anterior, una muestra evidente de la evolución alcanzada.

El primer Gran Premio del año (GP de Sudáfrica 1982) comenzaba con polémica en el circuito de Kyalami, pues los pilotos planteaban una huelga los días previos a la carrera.

La protesta venía marcada por la nueva normativa que intentaba imponer la FISA, que prohibía a los pilotos abandonar libremente su equipo a lo largo de la temporada, anulando su correspondiente “Súper licencia” de F1. Dicha protesta acabó con un acuerdo de retirada de semejante propuesta y los pilotos de nuevo a los mandos de sus monoplazas.

Gilles Villeneuve situaba su Ferrari 126 C2 en la tercera posición de parrilla de salida, pero sufriría una avería en el turbo que le obligaba a abandonar la carrera en la sexta vuelta, mientras que su compañero (Didier Pironi) finalizaba en la decimosexta posición.

Las cosas no irían mejor para el piloto canadiense en el siguiente GP de Brasil 1982 (Jacarepaguá), debiendo abandonar nuevamente tras salirse de pista cuando iba liderando la carrera, mientras que Pironi marcaba los primeros puntos de la temporada para Ferrari (con un sexto puesto).

La tercera cita llevaba la Fórmula 1 al circuito urbano de Long Beach (GP EEUU del Oeste 1982), donde Villeneuve conseguía cruzar la bandera de cuadros en la tercera plaza, aunque sería descalificado posteriormente (tras una reclamación de Tyrrell) por utilizar durante la carrera un alerón trasero doble, una triquiñuela que bordeaba los límites del reglamento técnico y que no salió bien para el equipo italiano.

Sería en el Autódromo Dino Ferrari de Imola, cuarta prueba del campeonato (GP de San Marino 1982), donde los monoplazas rojos se mostrarían verdaderamente intratables en su camino hacia la victoria de un Gran Premio que comenzó también con polémica.

La lucha de poder que enfrentaba a la FISA (Fédération Internationale du Sport Automobile) con la FOCA (Formula One Constructors’ Association) llevó a varios equipos a realizar un boicot en la prueba italiana (Brabham, McLaren, Lotus y Williams), tomando la salida en carrera tan solo 14 monoplazas (siete equipos).

Gilles Villeneuve (P3) y Didier Pironi (P4) se situaban ya en parrilla de salida por detrás de los dos rapidísimos monoplazas de Renault, René Arnoux (“pole” P1) y Alain Prost (P2), tardando pocas vueltas en iniciar un feroz ataque.

Mientras que Alain Prost (Renault) se retiraba en la vuelta 6, René Arnoux (Renault) lo hacía en la vuelta 44 con el motor ardiendo, dejando a los dos pilotos de Ferrari al frente de la carrera y luchando por el triunfo.

Aunque Villeneuve parecía encaminado a obtener una victoria asegurada… el resultado acabaría siendo inesperado.