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Gilles Villeneuve, el príncipe sin corona. Parte 4 FIN

Un relato de El Abuelete del M3 - 22 febrero 2021

El legado de Gilles Villeneuve

Gilles Villeneuve voló a los cielos con 67 Grandes Premios disputados a lo largo de seis temporadas (1977 – 1982), con 6 victorias, 13 podios, 2 “pole positions” y 8 vueltas rápidas en carrera (todos sus éxitos con Ferrari).

A pesar de no aparecer en la historia de la Fórmula 1 como uno de sus grandes campeones (fue subcampeón en la temporada 1979), la figura del piloto canadiense sí es recordada por todos como uno de los mejores pilotos que compitieron en el Gran Circo, un piloto especial, único, siempre al ataque, siempre rodando al límite, siempre al filo de lo imposible.

Su trágico accidente en aquel GP de Bélgica 1982 dejó huérfanos a los “tifosi” de Ferrari, en una temporada en la cual la “Scuderia” ganaba el Campeonato de Constructores de Fórmula 1 (gracias a la enorme competitividad mostrada por el Ferrari 126 C2) y podía haber ganado también el título de pilotos (Didier Pironi fue subcampeón, a pesar de tener un grave accidente durante los entrenamientos del GP de Alemania 1982 en el que sufrió graves daños en sus piernas y le obligaron a retirarse de la Fórmula 1).

Han pasado casi cuatro décadas desde el fatal accidente de Gilles Villeneuve y el piloto canadiense sigue siendo uno de los pilotos más recordados, dejando tras su muerte un importante legado.

Ya en la misma temporada 1982, pocos días después de su fallecimiento, durante el GP de Canadá 1982, los propietarios del circuito Isla de Notre Dame de Montreal decidieron rebautizarlo como circuito Gilles Villeneuve, en honor al piloto canadiense, nombre que se mantiene hasta la fecha.

Aún hoy, la inscripción “Salut Gilles” (“Hola Gilles”) sigue presente en la línea de salida y llegada del Circuito Gilles Villeneuve de Montreal.

El nombre de Gilles Villeneuve también pasó a denominar una de las curvas más rápidas del Autódromo Enzo y Dino Ferrari de Imola, la misma en la que Villeneuve estrelló su Ferrari 312 T5 durante el GP de Italia 1980 (reconvertida en una chicane tras la muerte en la misma de Roland Ratzenberger durante los entrenamientos del GP de San Marino 1994).

La línea de meta del circuito Gilles Villeneuve de Montreal (Canadá) luce la inscripción "Salut Gilles" en honor al piloto canadiense.El circuito de Zolder renombró otra de sus curvas en honor a Villeneuve, precisamente la misma donde se mató el piloto canadiense (la primera de las dos curvas de derechas que conformaban “Terlamenbocht”), transformada en una nueva chicane desde 1986.

El Museo Gilles Villeneuve de Berthierville (Canadá) también es, desde 1992, otro espacio de culto donde conocer y recordar los logros obtenidos por el piloto canadiense, incluido dentro del Salón de la Fama del Deporte de Canadá desde 1983.

Tras el accidente mortal de Villeneuve en el circuito de Zolder, el GP de Bélgica sería trasladado nuevamente al circuito de Spa-Francorchamps desde el año siguiente (1983). No obstante, se volvió a realizar un último GP de Bélgica en Zolder en 1984. En aquella carrera ganó Michele Alboreto al volante de un Ferrari 126 C4 con el nº 27, el mismo que portaba Gilles en su última vuelta.

Golpes del destino impidieron a Gilles Villeneuve proclamarse campeón de Fórmula 1 antes de su muerte, pero su apellido pasaría a recibir semejante honor en la temporada 1997, cuando su hijo, Jacques Villeneuve, se proclamó Campeón del Mundo de Fórmula 1 al volante de un Williams-Renault FW19, llevando hasta el Olimpo de los campeones el apellido de su padre, aquel inolvidable “Príncipe sin corona”.

FIN