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Porsche 911 Carrera S PDK

Escrito por: Víctor M. Fernández - 18 septiembre 2012

Pura potencia hasta 7.800 vueltas

El 911 Carrera S lleva una nueva evolución del motor 3.8 bóxer de seis cilindros, con cárter seco e inyección directa de gasolina “DFI” que montaba ya el anterior Carrera S (Tipo 997) en su última etapa (385 CV a 6.500 rpm). Sigue teniendo admisión variable y el sistema de distribución variable “VarioCam Plus”, que varía de forma constante el cruce de las válvulas de admisión y su grado de apertura (alzada).

Con los retoques introducidos, se ha incrementado el régimen máximo de giro hasta 7.800 rpm (7.500 rpm en el anterior 911 Carrera S) y la potencia máxima alcanza los 400 CV a 7.400 rpm, mientras que el par máximo se ha establecido en 440 Nm a 5.600 rpm (420 Nm a 4.400 rpm en el anterior 911).

El resultado no solo se traduce en un incremento de prestaciones, sino también en una mejor respuesta a cualquier régimen y en la ya comentada mejora del rendimiento (con un consumo ejemplar).

Nuestra unidad de pruebas llevaba además el sistema de escape deportivo opcional con doble tramo conectable y lo primero que encandila es su poderoso sonido. Dicho elemento permite disfrutar de un coche más silencioso acústicamente en el uso cotidiano o de una verdadera explosión de “rugido” cuando pulsamos el botón que varía el sonido situado en la consola central.

Por primera vez, el propulsor del Carrera S va montado sobre los “apoyos dinámicos del motor” (“PADM” – “Porsche Active Drivetrain Mount”) cuando lleva el paquete opcional “Sport Chrono” (que llevaba nuestra unidad de pruebas). Estos soportes dinámicos de gestión electrónica varían su dureza mediante un líquido magnetizable en un campo magnético, reduciendo así las vibraciones en conducción tranquila o aportando una mayor rigidez en los momentos en los cuales está sometido a fuertes apoyos en curva.

El funcionamiento del motor aporta sensaciones de poderío en todo momento, empuja con mucha fuerza desde bajo régimen y, conforme va subiendo de vueltas, se aprecia como su admisión y distribución variable le van dejando “respirar” cada vez más, para estirar cada vez con más fuerza hasta llegar a la zona roja del cuentavueltas (a 7.600 rpm), momento en el cual el cambio “PDK” engrana la siguiente velocidad cuando rodamos en modo automático. Seleccionando manualmente las marchas podemos llegar hasta el corte de inyección, situado a 7.800 rpm. Dicho corte es ahora más progresivo y el “rebote” de vueltas resulta mucho más suave que en el modelo anterior.

Aunque el motor del Carrera S ofrece una respuesta poderosa a cualquier régimen, entre 5.000 y 7.600 rpm es toda una delicia en sensaciones.