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Leyendas del pasado IV: Bernd Rosemeyer I

Un relato de El Abuelete del M3 - 21 agosto 2013

La primera carrera de Bernd Rosemeyer (1935)

La temporada de Grand Prix 1935 había comenzado y en ella, el responsable de Auto Unión, aún no había considerado conveniente darle un volante en carrera al joven Bernd que, según dicen, recurrió a la estratagema de ir dejando “recaditos” por escrito en los que preguntaba al bueno de Willy Walb por su aparente falta de confianza para permitirle competir.

Hay que valorar que Rosemeyer, pese al brillante resultado de la prueba del otoño anterior, no había competido jamás sobre cuatro ruedas y aquellos monstruos   amedrentaban con sus reacciones a pilotos mucho más curtidos en la especialidad.

El 25 de Mayo se iba a disputar en las proximidades de Berlín una de las pruebas más importantes de la temporada. El Grand Prix Avus-Rennen tenía como escenario una pista con un desarrollo de 19,573 km por vuelta en un trazado rapidísimo en el que destacaba la inclinación inverosímil de alguna de sus curvas peraltadas, que sometían a bólidos y pilotos a esfuerzos difíciles de medir y aún más difíciles de soportar en la época.

Calificado como GP apto para disputarlo fuera de las especificaciones de la Fórmula 750, la Fórmula Libre permitía alinear en la partida auténticos “Streamliners” cuyas aerodinámicas geometrías amparaban, en algunas unidades, las motorizaciones más potentes de las que disponían las marcas. En otras ocasiones, dichas carrocerías más aerodinámicas servían simplemente para mejorar las prestaciones aun teniendo menos motor bajo el carenado.

Auto Union dispuso para el evento cuatro coches: dos Type B 4.9 V16 para Hans Stuck y Achille Varzi, mientras que dos Type A 4.3 V16 Streamliner fueron inscritos para Herman zu Leiningen y Bernd Rosemeyer.

Por su parte, Mercedes-Benz disponía tres W25 4.0 S-8 para Rudolf Caracciola, Manfred Von Brauchitsch y Luigi Fagioli y un cuarto Mercedes W25 3.4 S-8 Steamliner para Hans Geier.

La Scuderia Ferrari dispuso el Alfa Romeo Bimotore 6.3 2X8 para sus dos mejores pilotos, Tazio Nuvolari y Louis Chiron, mientras que la Scuderia Subalpina presentaba una escuadra de cinco bólidos con el escudo del tridente, dos Maserati 6C-34 3.4 pilotados por Philippe Etancelin y Goffredo Zehender, un Maserati 8C 3.0 para Eugenio Siena, un Maserati 4C 2.5 para el joven Giuseppe Farina y un obsoleto Maserati 6C-34 3.8 “Streamliner” para Pietro Ghersi, cuya configuración y prestaciones nunca tuvieron opciones de victoria en esa carrera.

La prueba había sido estructurada en dos mangas de carrera a 5 vueltas cada una, con la mitad de participantes en cada una de ellas. Del resultado de esas dos mangas saldría definida la parrilla que disputaría la ronda final a 10 vueltas sobre el rápido trazado del circuito berlinés.

Las prácticas previas de la primera manga situaron a los dos Auto Union de Stuck y Rosemeyer en primera línea de partida, seguidos por el Alfa Romeo de Nuvolari y el Mercedes de Fagioli.

El perfil del trazado permitió marcar una vuelta de calificación para Stuck de 4 m 31,3 s a una media de 260 km/h y con velocidades punta en rectas de 326 km/h, donde los neumáticos sufrían un desgaste que podían causar la catástrofe en cualquier momento de la prueba.

En la partida, Rosemeyer no pudo seguir el ritmo de su “jefe” y mantuvo una enconada pelea con sus rivales de Mercedes y Alfa Romeo, siendo protagonistas determinantes los problemas de neumáticos que afectaron a varios vehículos, incluido el “Streamliner” de Rosemeyer, obligándole a la retirada.

No obstante, demostró su capacidad de lucha y aquello decidió al responsable del equipo a contar con él para el resto de la temporada.