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Zona límite » Pequeña gran historia de la F1

Ayrton Senna. Preludio en dos actos y un final

Un relato de El Abuelete del M3 - 3 enero 2013

Aunque la temporada 1993 había sido testigo de enconados enfrentamientos entre Ayrton Senna (McLaren) y Alain Prost (Williams), algo hubo de cambiar en el interior de ambos para que, al término del último Gran Premio del año, en Adelaida, se produjera en el podio una escena simbólica que mostraba que no todo habría sido odio entre ellos.

La prueba australiana había concluido con el que resultaría ser el último Gran Premio ganado por Ayrton Senna, el segundo clasificado era Alain Prost (con la cuarta corona ya adjudicada y el anuncio de su retirada aun quedándole todavía un año de contrato con Williams) y les acompañaba Damon Hill, compañero de Prost en Williams.

En ese momento, uno y otro ya habían decidido su futuro más inmediato. Senna ocuparía el asiento que Prost dejaba prematuramente vacío en Williams-Renault y, el francés, con cuatro títulos mundiales en su palmarés, había preferido alejarse de un escenario de nuevas disputas.

Algunas semanas antes, camino del podio, con el título decidido, Prost ya había mostrado tímidamente su predisposición a reconciliarse con su rival y la respuesta aparente de Senna había sido ignorarlo.

En esta ceremonia de ganadores que significaría la despedida, demostrando que la propuesta del francés no había caído en el vacío, Ayrton tomó el brazo de su eterno rival, e igualándose en lo más alto sobre el podio de Adelaida, le rodeó con un abrazo inesperado que Prost aceptó algo sorprendido.

En declaraciones posteriores el brasileño explicó que “la actitud en el podio habla por sí misma y refleja también mis sentimientos en ese momento”.

Alain Prost dijo, “hemos vivido buenos tiempos juntos, muy buenos tiempos en 1988 y creo que sería bueno que recordásemos solamente aquellos días”.

Aquella rivalidad extrema que se había iniciado bajo el diluvio de un GP de Mónaco, en la carrera inacabada de 1984, era el final de una disputa en la que ellos dos, acompañados en ocasiones por otros contendientes, habían tensionado el discurrir de la Fórmula 1, llevándola a su cénit durante lo que algunos autores han definido como la “Década Mágica”.



Nota: Los precios reflejados en esta información corresponden a la fecha de publicación.

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