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Ayrton Senna. Preludio en dos actos y un final

Un relato de El Abuelete del M3 - 3 enero 2013

El fichaje con Williams-Renault para la temporada 94

Después de seis temporadas con McLaren y ganar tres títulos mundiales con el equipo británico (1988, 1990 y 1991), Ayrton Senna firmaba un contrato con Williams para la temporada 1994, el equipo más fuerte en aquel momento. Y el piloto brasileño se aplicó a fondo en las pruebas invernales previas al comienzo de las carreras, para poner a punto el monoplaza que le permitiera iniciar la reconquista de nuevos títulos.

Son muchas las esperanzas y expectativas creadas antes de sentarse por primera vez en el Williams-Renault FW15D (el monoplaza de pruebas) que Prost había dejado libre con su retirada, pero muchas cosas habían cambiado para la temporada 94. El reglamento de la FIA era una de ellas, prohibiendo las ayudas activas (suspensión regulable y el control de tracción) que habían convertido al bólido diseñado por Adrian Newey en una máquina imbatible durante las dos temporadas anteriores (1992 y 1993).

Unido a ello, la propia configuración espacial del “cockpit” que había sido construido ajustándose a las medidas corporales de Alain Prost y resultaba ser inadecuada a la envergadura de Senna, por lo que tuvieron que readaptarlo en lo posible, sin conseguir que el piloto brasileño se llegara a encontrar cómodo dentro de él en ningún momento.

Las pruebas realizadas en el circuito de Estoril, durante la presentación del nuevo patrocinador (“Rothmans”) en enero de aquel año, dejaron entrever que nada iba a ser igual, ni siquiera la denominación, que pasaría a ser Williams-Renault FW16 en el monoplaza de carreras.

Diseñado por Newey para trabajar con suspensión variable, el nuevo monoplaza sin ayudas activas (prohibidas para 1994 en el último momento) delataba que su carencia le restaba lo mejor de sus virtudes y los tiempos conseguidos por Ayrton Senna y Damon Hill resultaban menos competitivos que los obtenidos por el Benetton-Ford de Michael Schumacher, con menor potencia. El piloto alemán se perfilaba ya como presumible máximo competidor en la temporada que habría de comenzar en el Gran Premio de Brasil.

Pese al trabajo de adaptación, Ayrton Senna no llegó a encontrase realmente cómodo en su habitáculo. En una conversación que mantuvo con un periodista del “Corriere della Sera” le confió que su estrechez le impediría poder tomarse un solo “panino” (bocadillo) antes de introducirse en él.