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Ayrton Senna. Preludio en dos actos y un final

Un relato de El Abuelete del M3 - 3 enero 2013

Segundo acto: GP del Pacífico, 17 de Abril de 1994

La insatisfacción producida por el fracaso inicial, unida a la baja velocidad del FW16 en el paso por curva en las zonas lentas, había llevado al equipo Williams a realizar unas pruebas en el circuito de Jerez unos días antes de partir hacia Aida (Japón), en cuyo circuito habría de enfrentarse a la segunda prueba del campeonato 1994, el Gran Premio del Pacífico.

Los resultados del test no fueron los esperados y Senna mostró claramente su decepción. “Esto parece ya algo típico, apenas acabo de llegar a Williams y de pronto lo echan todo a perder en mi coche”. Sus declaraciones eran una censura nada velada al trabajo del equipo y la pérdida de competitividad del modelo.

No obstante, las limitaciones de su bólido no le impidieron hacer una nueva “pole” en el circuito japonés. Sin embargo, una mala arrancada en la que se vio superado por Schumacher, la inmediata acometida del McLaren-Peugeot de Mika Häkkinen y el golpe posterior con el Ferrari de Nicola Larini le obligaron a un nuevo abandono en la primera curva de la carrera.

Michael Schumacher (Benetton-Ford) se alzaba como vencedor del Gran Premio del Pacífico, seguido por Gerhard Berger (Ferrari) y Rubens Barrichello (Jordan-Hart), completando el podio de Aida.

Aquel segundo acto significaba para Ayrton Senna el peor comienzo de temporada de los últimos años y Michael Schumacher se mostraba ya como el rival a batir si quería reverdecer triunfos pasados. Los veinte puntos que había de diferencia entre ellos eran una distancia considerable, pero aún nada hacía pensar que aquello hubiera de convertirse en una eternidad.

Lo que aconteció en la tercera prueba de la temporada, el 1 de mayo de 1994, en el Gran Premio de San Marino de Fórmula 1, en el circuito de Imola, en la rapidísima curva de “Tamburello”… es de sobra conocido.