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Zona límite » Pequeña gran historia de la F1

Ayrton Senna en el laberinto de 1993

Un relato de El Abuelete del M3 - 9 diciembre 2012

La temporada de 1992 había resultado una gran decepción para Ayrton Senna, aumentada por la imposibilidad de alcanzar para 1993 el asiento del Williams, debido al veto expreso de Alain Prost, que no quiso repetir lo vivido y sufrido cuando coincidieron en el equipo McLaren.

A causa de ello, la nueva temporada no se presentaba con mejores expectativas, bien al contrario, Senna debió sentirse dentro de un laberinto de recorrido incierto y difícil salida.

En el box de Williams, Alain Prost y Damond Hill se aprestaban a continuar con el dominio aplastante logrado el campeonato anterior por la escudería de Frank Williams. Para ello, Adrian Newey y Patrick Head habían conseguido afinar su monoplaza hasta extremos desconocidos.

El nuevo Williams FW15C incorporaba mejoras sobre un desarrollo anterior que, habiendo arrasado las parrillas en 1992, parecía difícil de mejorar, aunque su nuevo diseño estaba ahora adaptado desde el principio para recibir la suspensión activa (el anterior monoplaza FW14B tenía un chasis concebido para suspensión convencional al cual se le había adaptado una suspensión activa). Su motor Renault V10 RS5 de 67º de apertura y 3,5 litros de cilindrada llegó a desarrollar en torno a 800 CV, una potencia superior a cualquier otro de sus rivales.

Dominar su empuje resultó tan fácil que hubo quienes afirmaron que su piloto quedaría relegado a la categoría de complemento. El sistema antibloqueo de frenos “ABS”, acelerador electrónico, controlador de válvulas, control de cambio automático de marchas en la transmisión, control de tracción, dirección asistida, sistema de ayuda al adelantamiento (que modificando la altura de la suspensión trasera permitía reducir durante unos instantes la carga aerodinámica para ganar velocidad en las rectas), telemetría y, sobre todo, el sistema de suspensión activa, convertían aquel Williams en máquina compleja de configurar pero imposible de derrotar.

Por el contrario, en McLaren todo era incertidumbre, la pérdida del suministro de los motores Honda obligaba a Ron Dennis a buscar alternativas que podrían estar en el Ford V8 que equipaba en exclusiva al equipo Benetton, donde Flavio Briatore patroneaba a un joven Michael Schumacher. El astuto Briatore se negó a ceder ningún privilegio y McLaren hubo de conformarse con un motor Ford teóricamente inferior, de una generación anterior.

A causa de todo ello,  Ayrton Senna, buscando hasta el último momento la salida en dirección al equipo rival, había permanecido durante el invierno en su cálido Brasil natal. El comienzo de la temporada estaba acercándose y el único acuerdo que Senna estuvo dispuesto a firmar fue por un solo Gran Premio y tantas renovaciones posteriores como fueran convenientes.

En esas circunstancias el brasileño se prestó a probar el motor Ford que había conseguido Ron Dennis para comenzar la temporada. La prueba se llevó a cabo en el circuito británico de Silverstone, donde coincidieron con el equipo Williams.

El patrón, Frank Williams, no podía dar crédito a lo que veía en la toma de tiempos del piloto rival. Ayrton Senna, tras cuatro meses de tensa inactividad, había conducido su nuevo McLaren MP4/8 rebajando los tiempos de Damon Hill sobre el Williams FW15C.



Nota: Los precios reflejados en esta información corresponden a la fecha de publicación.

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