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Hyundai i20 N 2021

Escrito por: Víctor M. Fernández - 6 noviembre 2021

Motor 1.6 T-GDI con distribución variable “CVVD” y turbo “VTC”

El Hyundai i20 N cuenta en el vano motor con un propulsor 1.6 T-GDI Gamma II (“Smartstream”) de cuatro cilindros en línea que tiene un sistema de inyección directa de gasolina (capaz de trabajar a una elevada presión máxima de hasta 350 bar) y un turbocompresor de entrada simple “Mono Scroll” con el aire de admisión refrigerado mediante un “intercooler”.

Respecto a la anterior generación, el renovado propulsor recibe un turbocompresor de mayor tamaño, un nuevo diseño de los pistones, válvulas de escape más resistentes y una relación de compresión de 10,0 a 1 (antes 10,5 a 1), además de prescindir de la válvula “EGR” de recirculación de los gases de escape.

Pero el detalle más innovador se encuentra en su sistema de distribución variable “CVVD” (“Continuously Variable Valve Duration”), desarrollado por los ingenieros de Hyundai para la generación de motores “Smartstream”.

Dicha tecnología de duración de apertura de válvulas continuamente variable cuenta con un ingenioso mecanismo que combina el tradicional sistema de distribución variable “CVVT” (“Continuously Variable Valve Timing”) y el sistema de control de alzada “CVVL” (“Continuously Variable Valve Lift”).

El funcionamiento del sistema “CVVD” es similar al de cualquier otro sistema de distribución variable continua (en las válvulas de admisión y escape), la diferencia estriba en que un actuador electrónico de ajuste variable modifica el eje de rotación de los empujadores de las válvulas de admisión y la velocidad a la que giran, aumentando o reduciendo así su velocidad respecto al giro del cigüeñal para reducir o ampliar, respectivamente, la duración de apertura de dichas válvulas.

Dependiendo de cuánto tiempo permanezcan abiertas o cerradas las válvulas de admisión y escape hay hasta 1.400 configuraciones entre las que puede seleccionar el sistema “CVVD”, obteniendo así una mejora en la eficiencia de combustible del 3 por ciento.

El dispositivo de Hyundai tiene un simple funcionamiento mecánico y permite el control variable de la apertura de las válvulas de admisión y su duración con la máxima fiabilidad (a diferencia de los sofisticados sistemas de control de alzada eléctricos como el “Valvetronic” de BMW).

Otra de las innovaciones introducidas en el propulsor del Hyundai i20 N es la tecnología “VTC” (“Virtual Turbospeed Control”), siendo el primer modelo de la marca coreana en emplearlo.

El “Control Virtual de Velocidad del Turbo” maximiza el rendimiento del motor mediante la optimización del control del turbocompresor, ajustando de manera anticipada la válvula de descarga responsable de la velocidad de giro del turbo.

Para conseguirlo analiza parámetros como la mezcla (cantidad de combustible y aire), la presión de escape y la presión de sobrealimentación (que alcanza picos de 1,3 bar), así como las condiciones puntuales de conducción.

La nueva tecnología “VTC” supera también las limitaciones que tenían los anteriores sistemas de control del turbocompresor a grandes altitudes, permitiendo mantener la máxima eficacia en sinuosas carreteras de montaña.

Con todo esto, el motor 1.6 T-GDI del Hyundai i20 N desarrolla una potencia máxima de 204 CV entre 5.500 y 6.000 rpm y un par motor de 275 Nm entre 1.750 y 4.500 rpm, aunque la función “overboost” eleva dicha cifra durante unos segundos hasta los 304 Nm entre 2.000 y 4.000 rpm.

Esto supone una elevada potencia específica de 127,6 CV/litro, en un motor de baja cilindrada pero muy enérgico en su respuesta, que empuja con fuerza hasta poco más de 6.000 rpm (régimen de potencia máxima) y sigue estirando hasta tocar la zona roja del cuentavueltas a 6.700 rpm, anunciando así una velocidad máxima de 230 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos (el más rápido de su categoría).

El toque adicional que realza las sensaciones de conducción del Hyundai i20 N lo pone el escape deportivo con control variable del silenciador que lleva de serie y que permite seleccionar su nivel de sonoridad mediante tres programas de ajuste (“Normal”, Sport” y “Sport +”), resultando más discreto en el modo “Normal” y acústicamente más intenso en el modo “Sport +”, con sonoros petardeos que animan las emociones al volante.