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Ferrari California

Escrito por: Luis Villamil - 2 marzo 2012

Los preliminares

Como todos los coches que montan un techo duro descapotable, el maletero pierde mucha capacidad cuando lo retiramos, pasando de bastante grande (340 litros), para el tipo de coche que tenemos entre manos, a escaso (240 litros). Pero no es grave, porque en virtud de su configuración 2+2 siempre se pueden poner algunos bultos en las plazas traseras. Estas son minúsculas e incomodas, pero sirven para una urgencia de pocos kilómetros. No obstante cuatro personas en este coche son una multitud.

Las plazas delanteras, muy al contrario, son amplias, de fácil acceso y extremadamente confortables. Y el conductor encuentra lo que es esperable en un Ferrari: postura de conducción perfecta (con muchas regulaciones y amplias) y muy deportiva (con las piernas bastante estiradas).

Los mandos de conducción: volante, pedales, manetas del cambio (fijas a la columna de dirección y grandes), etcétera, son perfectos. Hay otros que entusiasman menos y manejar el equipo multimedia/navegador o también el ordenador de a bordo, que asimismo permite configurar otras funciones del coche, requiere de habilidad y paciencia. Con los botones de este último podemos hacer que en la pantalla digital situada a la izquierda de la instrumentación aparezcan dos “relojes” que indican la temperatura de agua y del aceite, dando con ello un aire mucho más deportivo a todo el cuadro de instrumentos.

Éste tiene en el centro, encima del volante, un enorme cuentarrevoluciones y la indicación, también enorme, de la marcha insertada, dejando el velocímetro a la derecha y de menor tamaño, pero con una escala que llega hasta los 340 Km/h. Precisamente esa escala, que salta de 30 en 30 Km/h, puede darnos algún dolor de cabeza. Porque pasa de 110 a 140 Km/h con dos mini rayas que indican las decenas intermedias. Y si ya es difícil con un coche muy normalito ir a la velocidad legal establecida, es fácil de imaginar lo que sucede con este aparato. Hay un indicador digital numérico de la velocidad en el otro extremo del cuadro, pero las cifras son del mismo tamaño que las del cuentakilómetros. En consecuencia, son muy pequeñas y puedo asegurar que genera un gran estrés el “intentar” ir a 120 Km/h con este coche.

Otras particularidades del interior son una guantera minúscula y unas bolsas en las puertas donde tampoco podremos dejar cosas grandes; un freno de aparcamiento de accionamiento electrónico y unas terminaciones donde prima más la calidad de los materiales empleados (estupendos) que la meticulosidad de los ajustes, que nunca han sido patrimonio italiano y que parecen empeñados en que así siga siendo.