Es el fin
Llegamos al final y toca parar. Aquí surge otra curiosidad. Para poner punto muerto hay que accionar las dos levas del cambio a la vez. Y la marcha atrás se inserta con un botón “R”. Y ya que estoy con estos comentarios, apuntar que no es un coche para andarlo aparcando en la calle, la protección de los parachoques, en particular del delantero es insuficiente para soportar los envites de los “aparcadores de oído”. Pero este tampoco debe de ser un tema que preocupe a sus propietarios, acostumbrados a ir de garaje a garaje o tener además otros coches capaces de soportar esos rigores mundanos.
Finalmente, cortando el contacto, dejamos de oír esa sinfonía que nos ha acompañado desde el principio y, antes de bajarme, trato de rememorar todas las sensaciones que se experimenten al conducir un Ferrari. Ciertamente es el menos potente, el que menos corre, el que tiene peor relación peso/potencia, el más pequeño… pero cuantas emociones se viven a sus mandos. ¡Por cierto! también es el más barato. Solo hay que desembolsar poco más de 200.000 euros. ¡Quién lo pillara!
/ CARBONILLA 
