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Ferrari California

Escrito por: Luis Villamil - 2 marzo 2012

Corre, frena y consume

Decir que las prestaciones son fantásticas es una obviedad en un coche de 460 caballos. Pero matizando hay que apuntar que el peso comentado lo lastra ligeramente respecto o competidores mas livianos. Y otro tanto sucede con los frenos, aunque aquí la incorporación de unos enormes discos carboceramicos autoventilados de 390 mm de diámetro en el eje delantero y de 360 mm en el trasero, hacen que literalmente nos quedemos colgados del cinturón si utilizamos toda su enorme fuerza de deceleración. Buen tacto y resistencia a la fatiga infinita se dan por supuesto. En la práctica, con estos equipos de freno y los depurados ABS de hoy en día, son los neumáticos los que ponen los límites a las deceleraciones. En este caso los 245/40 R19 que monta en el eje delantero (285/45 R19 en el trasero) se dejan algo de goma en el asfalto cuando se apura la frenada al máximo. Más no se les puede pedir, ni a los frenos ni a los neumáticos.

¿Y cuánto gasta? Esta pregunta solo la hacemos los que no nos podemos comprar un coche de este precio. Para sus propietarios es tan irrelevante que Ferrari tampoco se molesta en dar datos oficiales del consumo urbano e interurbano.

Pero tenemos respuesta. Lo mínimo en uso de carretera, a velocidad razonablemente legal, son unos 15 litros/100 km, pero de gasolina de 98 octano. No es mucho para el tipo de coche y, en este sentido, la 7ª velocidad del cambio resulta de gran ayuda para mantener el motor bajo de revoluciones en las autopistas/autovías. En ciudad o “exprimiendo” un poco las prestaciones se superan los 20 litros/100 km. Y también los 30 en un uso extremadamente deportivo (circuitos o similares). Los 78 litros del depósito permiten, en todo caso, una autonomía razonable a la hora de abordar un viaje largo.