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Ferrari California

Escrito por: Luis Villamil - 2 marzo 2012

“Apuntando” curvas

Es fácil contarlo, pero a ritmos vivos en carreteras retorcidas se acumula el trabajo y se requiere de un tiempo de adaptación (aprendizaje) para que la situación no nos desborde. La culpa no es solo de un motor fantástico, que se empeña en subir de vueltas a todo cisco a la menor presión sobre el acelerador, o de un cambio tan suave como rápido, que hace que todo parezca sencillo cuando no lo es. El chasis, las suspensiones y la inmediatez de la dirección son también factores determinantes. Además, la configuración del California, con el motor delantero pero situado por detrás de las ruedas, es perfecta para tener la mayor sensación de control del coche. Sabido es en este sentido que, la posición central trasera de los motores, genera mayor efectividad, pero resulta más exigente, porque se siente mal la cercanía del límite y el paso de agarra a desliza es muy brusco.

Sentados detrás de ese morro tan largo se “apuntan” las curvas con gran precision, gracias a una dirección muy rápida que rara vez nos exigirá mover las manos del emplazamiento ideal. Hay que hacerlo con autoridad, “domando” al coche, y la respuesta es instantánea. Eso genera una falsa sensación inicial de nerviosismo que, sencillamente, lo que nos recuerda es la insignia que lleva el coche. Y una vez inscritos en la curva, sin el menor cabeceo de entrada ni balanceo posterior, toca acelerar. Hay que hacerlo con progresividad  y el coche sale catapultado hacia la siguiente curva sin ningún mal modo. En cualquier caso, si uno se excede pero va en el programa “Comfort”, el control de tracción le pondrá remedio. En “Sport” ya permite más libertad y nos podemos encontrar en sobreviraje a poco que nos excedamos. Corregirlo no es difícil para los (pocos) que están acostumbrados a realizar con soltura la maniobra del contravolante. Ayuda en ello el autoblocante, pero la situación impone, porque se va sentado muy lejos del eje delantero y eso genera una sensación de “péndulo” poco tranquilizadora.