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Victoria de Hamilton en rojo Lauda. GP Mónaco 2019

Un relato de El Abuelete del M3 - 29 mayo 2019

Al terminar este GP de Mónaco 2019, con la cuarta victoria de Lewis Hamilton (Mercedes) en lo que va de temporada, es inevitable reflexionar si toda la parafernalia del vistoso homenaje sobre fondo “Rojo Lauda” podrá ser del agrado, allá donde esté, de aquel Niki Lauda que nos sobrecogió a todos tras sobrevivir a uno de los accidentes más espectaculares y comentados de la historia de la Fórmula1.

Homenaje bien merecido tras el recientísimo fallecimiento de aquel Niki Lauda que, pocas semanas después de arder en el “Infierno verde” del Nürburgring de 1976, regresó a la lucha en uno de los gestos más valientes y desesperados del guerrero que, herido, marcado a fuego su rostro, no rehuyó de la batalla.

Poco que ver con lo ocurrido en este endemoniado y castrador circuito de 3.337 metros de longitud al que le faltan un par de metros de ancho para justificar su fama y permanencia, 90 ediciones ya, como escenario apto para un verdadero Gran Premio.

La calificación de Gran Circo para la Fórmula 1 alcanza aquí su significado más peyorativo, porque este domingo, todo ha sido una pobre representación circense en la que los grandes equipos han sido pobres intérpretes. Niki Lauda y su memoria merecían mucho más.

La “maquinaria” de Mercedes, perfectamente engrasada, dominaba los primeros entrenamientos libres y solamente el Ferrari de Charles Leclerc, con el mejor tiempo en los “Libres 3” del sábado, parecía capaz de ofrecer verdadera resistencia.

 

 

 

 

 

Sin embargo, un imperdonable error de cálculo de la “Scuderia” segaría de raíz la pretensión del piloto monegasco de liderar la parrilla de salida y ofrecerle al Principado una posibilidad de triunfo en esta “Nación de los Casinos”.

Un exceso de confianza de sus estrategas y el pueril intento de ahorrarse un juego de neumáticos le relegaron al puesto 16 de la “Q1”, haciendo prácticamente imposible su asalto a la victoria.

Una vez más, fueron las “Flechas de plata” las que ocuparon la primera línea de parrilla en este circuito de Montecarlo, con Lewis Hamilton y Valtteri Bottas en P1 y P2 respectivamente.

Se situaba en P3 Max Verstappen (Red Bull), certificando que los motores Honda y el trabajo de Adrian Newey están ya en sintonía, quizás una buena noticia ahora que los de Maranello, con Sebastian Vettel (Ferrari) en P4, caen repetidamente en sus absurdos errores.

Pierre Gasly (Red Bull) en P5 y Kevin Magnussen (Haas) en P6 se situaban por delante del Renault de Daniel Ricciardo (P7) y el Toro Rosso de Daniil Kvyat (P8), cerrando las cuadrículas del “top ten” los monoplazas de Carlos Sainz Jr (McLaren) y Alex Albon (Toro Rosso).

 

 

 

 

 

Tras un respetuoso minuto de silencio, con Niki Lauda en la memoria y el “paddok” vestido con su característica gorra roja, estaba todo preparado para un nuevo GP de Mónaco del que, amago de lluvia incluida, siempre se espera todo, aunque, a veces, apenas ocurra nada.

Salida sin tropiezos para Lewis Hamilton (Mercedes), con Daniel Ricciardo (Renault), Carlos Sainz Jr (McLaren) y Charles Leclerc (Ferrari) arriesgando en la primera vuelta para ganar posiciones.

Max Verstappen (Red Bull) también atacaba la segunda posición de Valtteri Bottas (Mercedes) en la primera frenada de “Santa Devota”, aunque debía contener su ímpetu en este primer intento.

El imponente ritmo marcado por Charles Leclerc (Ferrari) le situaba ya en la vuelta 8 por delante de Kimi Räikkönen (Alfa Romeo), Lando Norris (McLaren) y Romain Grosjean (Haas) consecutivamente.

Solo un giro después, en el mismo punto donde había adelantado a Grosjean (Haas), Charles Lecler (Ferrari) le metía su monoplaza a Nico Hülkenberg (Renault) en la doble curva de “La Rascassel”, pero el piloto alemán cerraba bien la puerta y el monegasco golpeaba el guarda raíl con su rueda trasera derecha.

Sin saber entonces que también había pinchado el neumático, Leclerc continuaba en carrera y completaba una vuelta más con la rueda completamente destrozada, regando de goma rota la pista y debiendo entrar a “pit lane” para cambiarla.

 

 

 

 

 

Cuando volvía a la lucha con vuelta perdida, su fondo plano destrozado le llevaba a retirarse en la vuelta 18, terminando así su infierno particular en casa.

A partir de ese momento, los escasos momentos de emoción los iban a protagonizar el adelantamiento de Max Verstappen (Red Bull) a Valtteri Bottas (Mercedes) en la misma línea de “pit lane” (le costaba al holandés una sanción de cinco segundos por maniobra insegura) y el tapón generado en “La Rascasse” por el toque entre Robert Kubica (Williams) y Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo), que dejaba literalmente parados en medio de la pista a los dos implicados, junto a Sergio Pérez (Racing Point), Nico Hülkenberg (Renault), George Russell (Williams) y el Ferrari de Charles Leclerc (poco antes de retirarse de carrera).

Tampoco revolucionarían nada las apenas tres gotas de lluvia, nada que ver con otros aguaceros míticos en Mónaco, como aquel que descubrió al joven Ayrton Senna sobre un Toleman-Hart en 1984, o el enloquecido Gran Premio de 1996, única victoria de Oliver Panis (Ligier) en el que solo alcanzaron la meta tres coches.

Un juego conservador en exceso, en el que Lewis Hamilton (Mercedes), lentamente, ensancharía al máximo las dimensiones de su carro de batalla para impedir el adelantamiento del joven e impetuoso Max Verstappen (Red Bull), que lo iba a intentar en varias ocasiones, llegando incluso a tocarse con el vencedor y encontrando siempre cerrada la puerta hacia la victoria.

 

 

 

 

 

Qué decir de Sebastian Vettel (Ferrari), conforme en su juego táctico al conocer la sanción de 5 segundos impuesta a Max Verstappen por obstruir la circulación de Valtteri Bottas (Mercedes) en el paso por el “pit” (todos los «pit stops«).

Sabiendo que, sin arriesgar, se alzaba a la segunda posición del podio, la conformidad de Vettel nos lleva de nuevo a la duda sobre la verdadera valía del alemán, cuatro veces campeón del mundo.

Carreras como esta en la que, a su término, rebosantes de táctica calculada, solamente se pueden relatar pequeñas escaramuzas, nos hacen añorar aquellas gestas cuyo protagonista, el indomable Niki Lauda, aún después del pánico de su retirada bajo el diluvio de Suzuka 1976, al precio de renunciar a un título mundial, se agiganta en nuestra memoria recordándole como lo que fue, un héroe que ya ocupa su lugar en el “Olimpo de los Campeones”.

CLASIFICACIÓN FINAL GP DE MÓNACO 2019

1º Lewis Hamilton (Mercedes), 78 vueltas en 1 h 43 m 28,4 s

2º Sebastian Vettel (Ferrari), a 2,6 s

3º Valtteri Bottas (Mercedes), a 3,1 s

4º Max Verstappen (Red Bull-Honda), a 5,5 s

5º Pierre Gasly (Red Bull-Honda), a 9,9 s

6º Carlos Sainz Jr (Toro-Rosso Honda), a 53,4 s

7º Daniil Kvyat (Toro-Rosso Honda), a 54,5 s

8º Alexander Albon (Toro-Rosso Honda), a 55,2 s

9º Daniel Ricciardo (Renault), a 1 m 00,9 s

10º Romain Grosjean (Haas-Ferrari), a 1 m 01,0 s

Pole Position: Lewis Hamilton (Mercedes), en 1 m 10,166 s

Vuelta rápida en carrera: Pierre Gasly (Red Bull-Honda), vuelta 72 en 1 m 14,279 s

NOTA: Max Verstappen (Red Bull) recibía una penalización de 5 segundos por realizar una maniobra insegura en su parada en pit lane. Romain Grosjean (Haas) recibía una penalización de 5 segundos por cruzar la línea continua de salida de pit lane. Lance Stroll (Racing Point) y Kevin Magnussen (Haas) recibían una penalización de 5 segundos por cruzar los límites de la pista y obtener una ventaja.

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