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Alpine A110 2019

Escrito por: Víctor M. Fernández - 20 julio 2019

Un habitáculo biplaza muy deportivo y dos maleteros

La nueva disposición del motor (central trasero transversal) ha eliminado las dos pequeñas plazas adicionales que tenía el primer Alpine A110 Berlinetta en la parte trasera, convirtiendo el habitáculo del nuevo deportivo en un sugerente espacio biplaza.

Además, también ha permitido disponer ahora de dos maleteros de carga, uno en la parte delantera con 96 litros de capacidad y otro en la parte trasera (por detrás del motor) con un volumen de 100 litros (el primer Alpine A110 Berlinette no tenía maletero, tan solo se podía colocar equipaje sobre los asientos traseros).

Por lo demás, la funcionalidad interior del Alpine A110 da poco más de sí, careciendo de guantera principal y con tan solo un pequeño hueco para dejar objetos bajo la consola central de diseño flotante.

En opción se ofrece un “paquete de almacenamiento” que incluye un compartimento cerrado situado entre los asientos y una red detrás del asiento del pasajero.

Así pues, el concepto “deportivo” parece llevado al extremo en el interior del Alpine A110, aunque sus pequeñas incomodidades funcionales en el uso cotidiano se olvidan en cuanto iniciamos la marcha.

Durante nuestra toma de contacto nos pusimos al volante de un Alpine A110 Pure con los asientos bacquet aligerados, que no admiten más reglaje que en distancia y ofrecen una sujeción sobresaliente, perfectamente abrazados por sus envolventes apoyos laterales y preparados para que los más exigentes puedan llegar a montar unos cinturones de seguridad de tipo arnés.

A pesar de las limitaciones de regulación en dicho asiento bacquet, el amplio reglaje en altura y distancia del volante permite encontrar una posición de conducción realmente cómoda, con todos los mandos al alcance de las manos.

El volante deportivo tiene un tacto agradable y las alargadas levas de cambio secuencial facilitan un rápido accionamiento, perfectamente posicionadas en la columna de dirección (al estar fijas permite manejarlas en cualquier circunstancia de conducción).

El generoso tamaño del pedal de freno también permite emplear la técnica de frenar con el pie izquierdo de manera cómoda, mientras que la caja de cambios robotizada realiza un golpe de gas automáticamente en las reducciones de marcha, que evita la necesidad de realizar el “punta-tacón” (lo hace solo).

El cuadro de instrumentación del Alpine A110 se visualiza con facilidad y la pantalla en color “TFT” de 10 pulgadas cambia la configuración de la información al seleccionar los distintos modos de conducción (Normal, Sport y Track), además de ofrecernos la información del ordenador de viaje, temperatura exterior, marcha engranada, avisos de configuración, indicaciones del navegador, emisora de radio seleccionada y un largo etcétera.

Todo esto se completa con información adicional tan interesante como la presión de soplado del turbo o poco habitual como la presión ejercida sobre el pedal de freno y el porcentaje de apertura del acelerador (más típico de los coches de carreras).

En el modo “Normal” reproduce la información típica de una instrumentación analógica tradicional, mientras que en el modo “Track” (“Circuito”) reproduce el display digital que podría ser característico de un coche de competición, dando prioridad al cuentarrevoluciones, la visualización de la marcha engranada y la indicación del momento óptimo de cambio al llegar a máximo régimen.

La pantalla en color de 7” situada en la parte central del salpicadero también nos permite ampliar la información, con manejo táctil de todas las funciones del equipo de audio, el navegador, el teléfono manos libres, la configuración multimedia y el dispositivo de conectividad “Alpine mySPIN” (compatible con iOS y Android).

Además, en opción se ofrece el dispositivo “Alpine Telemetrics” asociado al equipo multimedia, que nos aporta en la pantalla central una extensa información sobre parámetros de conducción y estado de la mecánica, permitiendo visualizar detalles como la potencia y par motor en tiempo real, temperaturas del aceite y el líquido refrigerante, presión de sobrealimentación, temperatura del aire de admisión, temperatura del aceite del cambio y el embrague, porcentaje de apertura del acelerador, fuerzas “G” longitudinales y transversales, cronómetro con tiempos por vuelta, ángulo de giro de la dirección o gráfico de prestaciones (medición de aceleración de 0 a 100 km/h, de 0 a 1.000 metros, etcétera).