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Leyendas del pasado II. Achille Varzi

Un relato de El Abuelete del M3 - 5 mayo 2013

Accidente fatal en el GP de Suiza de 1948

Durante el tiempo que padeció la adicción a las drogas, Achille Varzi vivió un auténtico infierno esclavo de la morfina y se gastó una fortuna. Sólo cuando se pudo separar de la bella Ilse Ubach, con el apoyo de sus verdaderos amigos y de su familia, en un colosal esfuerzo de voluntad, después de pasar por diversos centros de rehabilitación, consiguió por fin ver la luz y recuperar otra vez su perdida autoestima.

En 1940, durante la II Guerra Mundial, Varzi se había casado con Norma Colombo, la mujer que había sido su compañera hasta que conoció a Ilse y, en 1946, totalmente recuperado, volvió a las carreras tras finalizar la contienda.

Lo hizo con Maserati, en las “500 Millas de Indianápolis», donde no consiguió clasificarse. Poco tiempo después, en el Gran Premio de Turín de 1946, volvió a saborear el placer de la victoria, con un Alfa Romeo 158, obteniendo el segundo puesto en el Gran Premio de Milán ese mismo año.

En 1947, en la Copa Perón de Buenos Aires, fue segundo con un Alfa Romeo. Allí conoció a Juan Manuel Fangio y auguró que algún día sería un gran campeón, tras verle correr.

Aquella temporada participó en varias pruebas con diversos resultados, ganando en Rosario y Sao Paulo. Ya en Europa ganó también en Bari e hizo segundos puestos en Berna, Spa y Milán, completando una temporada de éxitos que pocos hubiesen apostado después de su caída.

Salida del Gran Premio de Suiza de 1948. Achille Varzi se había matado el día anterior durante la sesión de entrenamientos.Pero, el final de Achille Varzi llegaba en el verano de 1948, con tan solo 44 años, cuando perdió el control de su Alfa Romeo 158/47 “Alfetta” durante los entrenamientos del Grand Prix de Suiza. Al rápido piloto italiano le esperaba una deslizante curva traicionera en el Circuito de Bremgarten, al norte de Berna (Suiza). Nunca se sabrá con exactitud cómo fue su accidente.

“La Gazetta dello Sport” del 2 de Junio de 1948 lo cuenta así: “Parece que, cuando Varzi encaraba una de las primeras curvas, después del descenso del bosque, su coche continuó recto, patinó, dio dos vueltas sobre su eje, volcó y cayó finalmente sobre el infortunado piloto. Louis Chiron (Talbot-Lago T26) paró inmediatamente, pero Varzi yacía exánime, su final fue inmediato”.

La prueba fue dominada por Carlo Felice Trossi y Jean-Pierre Wimille, los compañeros de Varzi en el equipo Alfa Romeo, pero también se cobró la vida del piloto suizo Christian Kautz (Maserati 4CL) en otro accidente durante la carrera.

Siete meses después (enero de 1949), Wimille también moría durante los entrenamientos del Gran Premio de Buenos Aires, al salirse en una curva al volante de un Simca-Gordini 1500, quizá engañado por la multitud que se agolpaba en los arcenes y dificultaba la visión.

Según Gabriele D’Anunzzio, el poeta de la Italia fascista, era el tributo que se cobraba en vidas un tiempo en el que la competición automovilística era una forma de vivir la vida “peligrosamente”.