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Zona límite » Pequeña gran historia de la F1

Adiós, Ayrton

Un relato de El Abuelete del M3 - 1 junio 2012

Estoy seguro que todos los aficionados a la Fórmula 1 que tuvieran uso de razón en aquellas fechas recordarán dónde estaban y qué hacían aquel mediodía del 1 de Mayo de 1994. Se han cumplido ya casi dos décadas de la desaparición de Ayrton Senna y parece que fue ayer.

Cuando empecé a relatar esta “Pequeña gran historia de la F1” lo hice a sabiendas de que sería eso, una pequeña y desordenada recopilación de relatos en torno a esa extraña mezcla de deporte, pasión, competición, circo y a veces drama, que es el Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Y sabiendo, sobre todo, que jamás intentaría, porque es imposible, ponerle nombre propio al mejor piloto de su historia.

Sin embargo, para muchos de los aficionados que vivieron su paso por la competición y aún otros que solo le conocieron a través del relato de sus hazañas, Ayrton Senna es su héroe indiscutible y el mejor de todos los tiempos, pasado, presente o futuro.

Se ha hablado, se ha escrito, se ha polemizado tanto en torno a su figura, que pretender ser original descubriendo algún rasgo inédito de “Mágic” sería un empeño inútil. Estas líneas son una aproximación a la persona y un pequeño tributo a su memoria.

Como aficionado a la Fórmula 1, también recuerdo muy bien (aunque ahora no es importante) dónde estaba yo y qué hacía aquel mediodía mientras en el circuito de Imola se iba formando la parrilla de salida de un GP que, en opinión de muchos después de la tragedia, jamás debió celebrarse.

El Gran Premio de la República de San Marino 1994 había comenzado con mal pie, determinados aspectos de la pista cuestionaban su seguridad y los acontecimientos posteriores lo confirmaron. Durante la jornada de entrenamientos del viernes, el joven Rubens Barrichello había sufrido una salida fortísima en la zona de la “Variante Baja”, su Jordan Hart había volado literalmente a más de 200 km/h y la violencia del impacto contra las vallas hizo que todos respirasen aliviados al comprobar que se había saldado con un labio partido, la nariz rota, un brazo y varias costillas contusionadas y ”Rubinho” convertido en obligado espectador en la mañana del sábado.

Ayrton Senna (Williams), compatriota y amigo de Barrichello (Jordan), se había preocupado seriamente por el accidente, lo que no le impidió marcar un tiempo fantástico de 1m 21,548s, por delante de Michael Schumacher (Benetton) y Damon Hill (Williams), que le llevaron a la “pole” sin necesidad de repetir en la sesión cronometrada del sábado.

El sábado tampoco empezó con buenos augurios. Senna había declarado a la prensa: “Imola es un circuito peligroso; hay algunos sitios donde no hay seguridad. Pero también hay otros circuitos donde ocurre lo mismo” remató para rebajar la tensión y evitar posibles sanciones por parte de la FIA.

Pero la fatalidad es terca y cuando faltaban apenas 18 minutos para acabar la sesión de clasificación, estalló la tragedia. El debutante Roland Ratzenberger estrelló su Simteck-Ford contra el muro de cemento en el viraje “Villeneuve”. Un impacto directo a 315 km/h resultó fatal y el joven piloto austriaco falleció a las 14:15 de la tarde en el Hospital Maggiore de Bolonia.



Nota: Los precios reflejados en esta información corresponden a la fecha de publicación.

  • 2 comentarios

    • Juan Jose Molinera Jimenez dijo:

      Fantastico y completisimo reportage. Solo comentar que a mi juicio existió un verdadero culpable ademas de la «fatalidad»,Como muy bien debes saber, Senna tenia problemas con la comodidad en su coche, apenas tenia movilidad con los brazos dentro del avitaculo, así que los mecanicos decidieron cortar la barra de dirección y soldar una varilla más corta. Si Patrick Head hubiese revisado el trabajo que hicieron los mecanicos y se hubiesen asegurado de si todo estaba correcto quizas no habria pasado aquel accidente. Lo que pasa es que el confió en sus mecanicos y…..Bueno, tambien creo que el destino de cada persona está escrito en «su agenda particular» y cuando llega el dia de esa paguina ……….. Saludos amigos.
      Juan Molinera.

      • Víctor M. Fernández dijo:

        Hola Juan.
        Yo creo que los accidentes son accidentes precisamente porque no se pueden evitar, porque coinciden al mismo tiempo una serie de circunstancias que desembocan en accidente.
        Lo que sí creo es que se pueden cuidar todos esos detalles para que no se produzca dicha coincidencia de circunstancias y evitar las posibilidades de accidente.
        En el caso del accidente de Senna, coincidieron una serie de circunstancias que, todas juntas, llevaron al accidente que acabó en tragedia. Estoy seguro de que ninguno de los mecánicos que hicieron la modificación, ni el propio Patrick Head querían que aquello se rompiera.
        La primera circunstancia fue que Ayrton se encontraba incómodo y no podía conducir.
        La segunda, que había que encontrar una solución rápida, in situ, sin tiempo para realizar un estudio previo.
        La tercera, que Senna había abandonado las dos primeras carreras y llegaba a Imola con 0 puntos, así que tenían necesidad de aplicar dicha solución (o chapuza) cuanto antes para que Ayrton pudiera obtener su primer podio o victoria.
        La cuarta circunstancia, que aquella modificación no fue dimensionada adecuadamente para los esfuerzos requeridos (la precipitación, la falta de espacio, las prisas, la falta de los medios adecuados en ese momento… pudo inducir al error).
        La quinta, que corrían en Imola y la curva de Tamburello era un viraje rapidísimo, que ejercía mucha más fuerza contra aquella pieza modificada de lo que pensaban y que acabó rompiéndose.
        La sexta…
        En fin, como verás, fue un cúmulo de situaciones que llevaron hasta aquel accidente fatal, que fue inevitable dadas las circunstancias pero se hubiera podido evitar si alguna de aquellas circunstancias o varias de ellas no se hubieran dado.
        Las ganas de ganar, la precipitación, el error de los mecánicos y el destino llevaron a Senna al accidente.
        Un saludo.

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