Un motor turbodiésel que no lo parece
El Porsche Panamera Diesel tiene un propulsor 3.0 V6 turbodiésel de origen Audi, aunque convenientemente evolucionado por los ingenieros de Porsche para incrementar su potencia hasta los 300 CV a 4.000 rpm, desarrollando un par máximo de 650 Nm entre 1.750 y 2.500 rpm.
Su sistema de inyección directa mediante conducto común cuenta con inyectores piezo eléctricos y trabaja a una presión máxima que alcanza los 2.000 bar, rematando el conjunto con un turbocompresor de geometría variable “VTG” que está refrigerado por agua y aporta una sobrepresión de soplado de hasta 2,0 bar (la presión máxima efectiva es de 3,0 bar).
Más allá del aspecto técnico, lo que percibimos al volante es realmente satisfactorio. Si hiciéramos una prueba experimental, creo que muy pocos serían los conductores que descubrieran que estaban a los mandos de la versión “Diesel”. Su motor apenas vibra, apenas suena a una común “petroleta” y desarrolla unas cifras de potencia y par capaces de ofrecer unas prestaciones (259 km/h de velocidad máxima) y unas sensaciones dignas de un coche deportivo (aceleración de 0 a 100 km/h en 6,0 segundos).
Los más observadores tan solo se podrán dar cuenta de que es un motor diésel porque se “acaba” a 4.600 rpm (zona roja del cuentavueltas), empujando con una energía extraordinaria desde poco más de 1.400 rpm. Además, en modo de cambio automático, la gestión electrónica se encarga de engranar la marcha siguiente al llegar a 4.000 rpm (donde alcanza su régimen de potencia máxima), para aprovechar con más eficacia su curva de par. Tan solo con el cambio en manejo manual secuencial se podrán explorar esas 600 rpm adicionales, aunque tampoco resulte necesario.
Los modos de conducción “Sport” y “Sport Plus” (asociado al paquete opcional “Sport Chrono”) modifican la respuesta del motor para que sea más directa, transmitiendo así una mayor sensación de deportividad, además de modificar el funcionamiento del cambio, el grado de asistencia de la dirección y el umbral de deslizamiento de las ayudas electrónicas.
Junto al disfrute de unas prestaciones satisfactorias, la verdadera ventaja de esta combinación de motor en el Panamera Diesel se encuentra en las cifras de consumo medio obtenidas en el uso cotidiano, que se pueden situar ligeramente por debajo de los 7,0 litros/100 km en conducción mixta por carretera y ciudad (su consumo medio homologado es de 6,4 l/100 km).
En un estilo de conducción más dinámico, dicho consumo medio puede superar los 10 litros/100 km, mientras que en conducción exigente puede llegar a rondar los 19 litros/100 km si exploramos las máximas prestaciones que desarrolla, cifras siempre muy por debajo del consumo que arrojaría comparativamente el Porsche Panamera con motor de gasolina (310 CV).
Otra virtud de este propulsor turbodiésel la encontramos en su contenida sonoridad, que apenas delata su condición “diésel” y carece del característico “traqueteo” con el que nos solían deleitar este tipo de mecánicas, además de mostrar un funcionamiento realmente suave en líneas generales, en donde sólo los más puntillosos podrán llegar a apreciar una leve vibración transmitida al volante cuando el motor funciona al ralentí.
Eso sí, los guantes de plástico para no mancharnos las manos de “aceite” en los repostajes no nos los quita nadie en el Porsche Panamera Diesel, capaz de ofrecernos una autonomía que puede superar los 1.100 km (1.400 km con el deposito extendido de 100 litros que se ofrece en opción).
/ CARBONILLA 
