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Fangio y «la carrera de los Dioses»

Un relato de El Abuelete del M3 - 17 mayo 2012

Fangio comienza el ataque definitivo

Cuando los tres coches pasaron por la línea de meta en la penúltima vuelta, el Maserati de Fangio iba ya literalmente pegado a los dos Ferrari. Después de llevar tres horas y veinte minutos de carrera, había tres coches y tres pilotos disputándose la victoria en la última vuelta. En la curva Sur, Fangio se coló por el interior del Ferrari de Collins, después de someterle a un fuerte acoso que llevó al piloto británico a entrar demasiado abierto en el viraje.

“El Chueco” aprovechaba el error de su rival y le adelantaba en una maniobra suicida por la hierba, con tal ímpetu que, trozos de barro y piedras de la cuneta rompieron las gafas de Collins. A pesar de la arriesgada maniobra, Collins logró volver a colocarse por delante del argentino a los pocos metros y quedó en la mejor posición para encarar la siguiente curva.

Pero Fangio volvió a pegarse por segunda vez a la cola del Ferrari y siguió acosándole durante varias curvas hasta colocarse a su altura. Cuando parecía que no había sitio material para que pasaran los dos coches, Collins, muy presionado, cedió, dejándole paso justo cuando empezaba el “Karussell”. Por delante quedaba nada más el Ferrari de Hawthorn que, a lo lejos, negociaba una curva a derechas en descenso.

Fangio siguió avanzando a un ritmo endiablado, hasta situarse justo detrás del coche de su rival. Tras una serie de curvas literalmente pegados, en una ligera recta que terminaba en un viraje de 90º a izquierdas, seguido de otro prácticamente igual, a derechas, Hawthorn maniobró para colocar el Ferrari en el ángulo correcto y fue en ese instante cuando Fangio vio su oportunidad.

El sorprendido Hawthorn, cuando descubrió el coche del argentino adelantándole por su izquierda, solo tuvo tiempo para abrirse, sin poder hacer nada para evitarlo. En el trayecto que quedaba hasta el final, el piloto británico intentó presionarle, pero Fangio entró en la meta vencedor, con 3 segundos de ventaja. En 3 horas, 30 minutos y 38,8 segundos, Fangio abrió definitivamente la puerta del Olimpo de los Dioses, marcando una media en carrera de 142,9 km/h con parada para cambio de neumáticos incluida.