Preparados para rodar “a tope”
La mañana en Alabama es fresca en octubre, pero la luz que va creciendo en el horizonte vislumbra un día que va a ser luminoso, caluroso e intenso. Con el mono puesto, los guantes enfundados y el casco preparado recibimos las últimas instrucciones de cómo se va a desarrollar la jornada, nos recuerdan el cambio de pilotos, nos asignan los coches que vamos a conducir a lo largo del día, nos dan las indicaciones para los repostajes de combustible y también para el cambio de los neumáticos Michelin Pilot que se están utilizando para batir los múltiples récord de velocidad sostenida.
Me asignan los turnos que voy a realizar, a qué hora debo estar preparado para entrar en pista y los coches que voy a conducir. Serán tres mangas de 55 minutos “flat out”, en donde tendré ocasión de pisar a fondo el acelerador de los Saab 900 2.0 Turbo y Saab 900 2.5 V6 que me han adjudicado.
Por fin llega el momento de ponerse a los mandos para rodar en tiempos de “record” y la responsabilidad es aplastante. La tensión para el cambio de pilotos es máxima… y el coche en el que me voy a montar entra por la línea de boxes. A diferencia de las carreras, en donde la velocidad está limitada en “pit lane”, en esta prueba se rueda a velocidad de récord. No hay tiempo que perder.
Abro la puerta para ayudar al piloto que sale y me meto en el coche en un suspiro. Me ayudan a ajustarme los cinturones de seguridad de arnés de cinco puntos que le han puesto a todos los coches de la prueba, que también cuentan con barras antivuelco y con unos nuevos asientos de tipo bacquet que ofrecen una mayor sujeción lateral (el resto es de estricta serie). Mientras me sitúo en el puesto de conducción, por fuera comprueban el estado de los neumáticos, que todo está mecánicamente en orden y… “go”, “go”, “go”, “go”…
Sin pensármelo dos veces, piso el acelerador a tope y salgo echando “fuego”, como alma que lleva el diablo, dispuesto a comerme todos los récord del mundo. Aquí hemos venido a correr, así que… ¡¡ a fondo !!
