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Niki Lauda vs James Hunt. III parte

Un relato de El Abuelete del M3 - 13 octubre 2013

Acortando distancias hacia la gloria

En los días posteriores al accidente, mientras Niki Lauda luchaba en el hospital por su vida, en Ferrari se barajaban ya los nombres de varios sustitutos para cubrir la baja del piloto austriaco en la siguiente carrera, aunque al final la plaza quedaba vacía.

Dos semanas más tarde, antes del GP de Austria de 1976 (Österreichring) se revocaba la sanción impuesta al McLaren-Ford M23 de James Hunt tras ganar el GP de España (Jarama), devolviéndole al equipo inglés la victoria y los puntos correspondientes.

Como protesta, Ferrari retiraba sus coches del Gran Premio. Es una de las poquísimas veces que lo han hecho a lo largo de su historia pues, la filosofía del viejo Enzo, era que «Ferrari siempre corre, quizá solo, pero corre» porque, en el palmarés, nadie recuerda después si estaba o faltaba alguien. «Solo aparece quien ha ganado».

El siguiente GP de Holanda (Zandvoort) marcaría una nueva victoria de James Hunt, aunque para ello tendría que arriesgar a fondo durante la carrera frente a pilotos como Ronnie Peterson (March-Ford 761), John Watson (Penske-Ford PC4), Clay Regazzoni (Ferrari 312 T2) y Mario Andretti (Lotus-Ford 77).

En medio de semejante escalada en solitario de James Hunt, llegaba el GP de Italia y allí se cumplía lo que parecía imposible. Apenas habían transcurrido seis semanas después del terrible accidente de Nürburgring y Niki Lauda volvía a la pista.

El mismo Lauda lo explica en el libro «Mi historia»: “Apenas 33 días después del accidente retomé mi trabajo. Había perdido dos carreras y mi ventaja se había reducido a solo 2 puntos, así que no era una gran pérdida”.

Pero, los problemas para Lauda, no llegaban solo desde fuera. Dentro de Ferrari, Niki tiene que tragarse su amargura pues, el equipo italiano, había alineado un tercer coche conducido por el argentino Carlos Reutemann (fichado para sustituirle).

Lauda había intentado que el argentino no corriese, pero el nuevo fichaje participaba en la carrera y finalizaba noveno. Son los primeros síntomas de divorcio y la relación con la escudería comenzará a deteriorarse justo allí, en Monza.

Durante la rueda de prensa ofrecida en su retorno, con la cabeza todavía vendada y el rostro desfigurado por las quemaduras, Lauda es preguntado sobre la dificultad de mantener tres coches en pista (un problema que estaba afectando a los March) y Lauda contesta que no le parecía un problema correr con tres coches en Monza, cerca de la fábrica de Ferrari, pero que sí podría ser un problema en los Grandes Premios de Canadá o Japón. También es preguntado sobre quién preferiría si tuviera que elegir entre Regazzoni o Reutemann (los otros dos pilotos de Ferrari) y Lauda prefiere no pronunciarse sobre sus compañeros.

A la pregunta de si su contrato se extendería hasta el año próximo (1977), Lauda afirma que lo ha hablado con “il Commendatore” y él está de acuerdo si el viejo Enzo está de acuerdo.

Llegado el momento de arrancar los motores sobre el circuito de Monza, en la pista italiana llovía a cántaros en las primeras sesiones de entrenamientos cronometrados del viernes. Como en Nürburgring, el agua se convertía en protagonista indirecto y un periodista le preguntaba a Niki Lauda su opinión sobre dicha lluvia: «Es una lotería, cuando llueve tan fuerte es casi imposible rodar. Un día horrible porque no deja probar a fondo y por lo tanto es muy peligroso».

El día de la carrera, el cielo se presenta despejado y Niki Lauda obtiene el cuarto puesto final, un excelente resultado teniendo en cuenta sus mermadas condiciones físicas y la tensión de rencontrarse con sus miedos inconfesados. Además, su directo adversario, James Hunt, termina la carrera fuera de pista y sin puntuar, empeñado en una furiosa remontada desde la última fila, debido a una sanción impuesta en los entrenamientos clasificatorios, provocada por utilizar una gasolina irregular.