El TT Roadster no es un coche barato, aunque comparado con la gama de TT, sí lo es: El vehículo objeto de esta prueba vale 7.000 euros menos que el 2.0 de 211 CV, redondeando, 35.000 euros contra casi 42.000. Teniendo en cuenta que esta versión de gasolina es muy agradable de conducir, la diferencia entre uno y otro es puramente prestacional, y no por agrado de utilización, ni de economía, lógicamente. Frente a la versión cerrada, la diferencia de precio es de “sólo” 2.000 euros, un sobreprecio no muy exagerado.
TT Roadster es una excelente opción de acceso a la gama de descapotables de Audi. Su principal pérdida respecto al coupé o al A3 cabrio está en la pérdida de las plazas traseras y de modularidad con el maletero. Como descapotable cumple con creces, aunque no es de los mejores en ese sentido.
Sigue contando con ese excelente equilibrio dinámico típico de los TT, tiene un puesto de conducción excelente. Mención especial para los asientos de alcántara, que no son especialmente diseñados para la conducción deportiva pero sí son muy adecuados para casi cualquier tipo de utilización. Cuenta, posiblemente, con uno de los propulsores de este rango de potencia más brillantes. Los hay más cómodos (pocos), y claramente con un planteamiento más deportivo, pero esta versión representa un equilibrio casi exacto entre ambos extremos.
