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Senna 1992, el año de la decepción

Un relato de El Abuelete del M3 - 15 noviembre 2012

Williams FW14B, el enemigo a las puertas

A enemigo que huye… puente de plata, debieron pensar respecto a Alain Prost en la temporada 92. Pero Senna tampoco podía olvidar que, ya en la temporada anterior, Frank Williams había presentado el competitivo FW14, un coche predestinado a marcar una época, al que solamente la genialidad de Senna contuvo en su vocación de “Señor de la parrilla”, con Nigel Mansell y Riccardo Patrese a los mandos.

Diseñado por el joven Adrian Newey, bajo la dirección técnica de Patrick Head, el monoplaza de Williams para el campeonato de 1992 incorporaba una tecnología tan avanzada respecto al resto de la parrilla que se había convertido en el coche a batir. Aquel prodigio, denominado FW14B (una evolución del monoplaza de la temporada 1991), había sido acondicionado para trabajar con un nuevo sistema de suspensión activa sobre su chasis monocasco de fibra de carbono con muchas horas de túnel de viento. Además estaba dotado con caja de cambios semi-automática, control de tracción, telemetría y los afinadísimos motores Renault RS3C/RS4 V10 3.5 rondando los 750 CV de potencia.

Pero, además de tener un coche muy rápido, Frank Williams contaba con el piloto adecuado para luchar por el campeonato. La apuesta estaba centrada en Nigel Mansell, un británico de reacciones latinas, valiente, impulsivo, luchador hasta la extenuación y quizá falto de suerte en algún momento.

Con semejante monoplaza, lo único que debía hacer Nigel Mansell fue lo que hizo, arrasar con cinco victorias consecutivas al comienzo de la temporada (Sudáfrica, México, Brasil, España y San Marino), a las que siguieron otras tres victorias más (Francia, Gran Bretaña y Alemania). Campeón ya desde el Gran Premio de Hungría, a mediados de agosto, y con cinco pruebas por disputar, aún aumentó a nueve sus victorias, ganando la carrera del Gran Premio de Portugal.

La superioridad aplastante de Mansell y el Williams FW14B quedó también patente en las catorce “pole position” y en las ocho vueltas rápidas en carrera obtenidas por el piloto británico en los dieciséis Grandes Premios disputados, hasta tal punto que, el Williams FW15 que se había construido para la temporada 1992, no llegó a debutar y fue utilizado ya para el año siguiente.

Ante tal demostración de poderío, Ayrton Senna, en condiciones de manifiesta inferioridad técnica, solo pudo oponer resistencia venciendo en los Grandes Premios de Mónaco, Hungría e Italia, degradándose progresivamente las relaciones con el equipo McLaren conforme aumentaba el número de derrotas.

Su cuarto puesto en la clasificación final de la temporada 92 le atormentaba lo suficiente como para intentar salir de McLaren, buscando un hueco en Williams. Para conseguirlo, llegó a ofrecer al propio patrón, Frank Williams, la posibilidad de renunciar a su remuneración como piloto.


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