Una experiencia inolvidable
Durante la presentación internacional del Lexus LFA (septiembre de 2009) fuí uno de los pocos afortunados que tuvo ocasión de rodar sobre el Nürburgring-Nordschleife a bordo de semejante máquina. Tras probar el coche sobre el trazado de Gran Premio y fascinarme con su conducción, su sonido y su eficacia, la marca me invitó a realizar un copilotaje a fondo en los exigentes 20,8 km del trazado norte, junto a uno de sus pilotos estrella, Akira Iida (el encargado posteriormente de batir el record con el LFA “Nürburgring Edition”).
El coche era una unidad diferente a las que habíamos tenido ocasión de probar. Era una unidad de pruebas, en color negro mate, con los neumáticos Bridgestone que lleva de serie y ciertos ajustes en la suspensión que no tenían los coches que probamos (se apreciaba menos el balanceo y la transferencia de pesos), además de un arco de seguridad situado detrás de los asientos bacquet.
Describir tan emocionante vuelta en palabras es imposible, pero las principales impresiones que me quedan son que la suspensión del LFA lo absorbe todo (los baches, los saltos, los arcenes…), el agarre en curva es brutal, el trabajo de sus neumáticos Bridgestone soberbio, la resistencia de los frenos no tiene fin y su nobleza de reacciones es magnífica.
El piloto japonés exprime a fondo las revoluciones del motor V10 y guía el coche sin aparente esfuerzo ante una sucesión permanente de curvas que llegan a un ritmo frenético. Las levas detrás del volante le ayudan a seleccionar las marchas con la máxima facilidad y las suspensiones absorben cada uno de los baches con una eficacia ejemplar. El Norsdschleife tiene zonas rapidísimas y en muchas zonas rodamos a 200 km/h, en varios puntos superamos los 250 km/h y, en la recta más larga, el velocímetro se acerca a la barrera de los 300 km/h, todo un éxtasis de prestaciones. Los frenos cerámicos aguantan el esfuerzo sin desfallecer y la aerodinámica nos aporta el agarre necesario para que los apoyos más fuertes sean un simple trámite en este Lexus, sintiendo en el “cockpit” las intensas aceleraciones transversales que es capaz de soportar (picos de hasta 1,6 g según me había comentado Haruhiko Tanahashi, el Ingeniero Jefe del proyecto LFA).
La unión entre el Nordschleife, el Lexus LFA y Akira Iida me han permitido disfrutar una de las experiencias más increíbles que he tenido, una verdadera montaña rusa pero a lo bestia. Sensaciones fuertes y emociones al límite. Al terminar la vuelta le pregunto a Iida por el tiempo oficioso en el que puede rodar el LFA sobre el Nordschleife. El piloto japonés es directo y conciso, no duda en su respuesta: 7 minutos 20 segundos, ¡pa habernos matao!
NOTA: desconozco el tiempo exacto en el que rodamos durante la vuelta en la que fui de copiloto, pero estimo que rondara los 7 minutos 30 segundos aproximadamente. Os puedo asegurar que las sensaciones fueron espectaculares, y eso que rodamos entre 15 y 20 segundos más lento que en la vuelta de record obtenida posteriormente por Akira Iida con el Lexus LFA “Nürburgring Edition”: 7 m 14,64 s.
