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Niki Lauda vs James Hunt. I parte

Un relato de El Abuelete del M3 - 17 septiembre 2013

Último acto en Montjuic

Cuando llega el GP de España de 1975, en el circuito de Montjuic, los dos Ferrari 312 T consiguen ocupar la primera línea de parrilla, con Niki Lauda en la “pole” (1 m 23,4 s) y Clay Regazzoni en segunda posición (1 m 23,5 s). En la salida, ambos se lanzan volando sobre el rasante que hay antes de llegar a final de recta, donde han de tomar una cerrada curva a izquierdas (“El Ángulo de Miramar”). Y allí cambia el signo de la carrera.

Según los protagonistas, el italiano Vittorio Brambilla (March-Ford 751) tocaba a Mario Andretti (Parnelli-Ford VPJ4) en su intento de adelantamiento por el interior, desencadenando el desastre. Andretti golpeaba a su vez la trasera de Niki Lauda, que se descolocaba de la trayectoria y golpeaba las protecciones, siendo embestido a continuación por su compañero Regazzoni.

Otra versión culpa al propio Lauda, asegurando que, éste, había frenado 10 metros antes de lo normal, provocando un percance que le lleva a retirarse y obliga a Clay Regazzoni a entrar en bóxes para reparar los desperfectos provocados en su Ferrari 312 T, finalizando la carrera con cuatro vueltas de retraso respecto al vencedor.

James Hunt se colocaba entonces líder de la carrera, aunque poco después perdía el control de su Hesketh-Ford 308 B al pisar una mancha de aceite. Tras golpear las protecciones, el británico tenía que abandonar la prueba.

Pero, lo peor, estaba aún por suceder en aquel Gran Premio de España que jamás debió comenzar. Evidentes fallos de seguridad del circuito motivaron que, durante la noche, numerosas brigadas hubieran de trabajar a destajo para asegurar unos guarda railes que habían sido montados de forma deficiente, tanto que, Emerson Fittipaldi, representante de la asociación de los pilotos, se negó a participar en la prueba, pese al esfuerzo nocturno de la organización.

Aún así, se lanza una carrera en la que se desarrolla una formidable pelea de varios pilotos que, olvidándose del riesgo de correr en un circuito urbano insuficiente ya para las prestaciones de los bólidos, entablan una batalla en la que los monoplazas despegan en los cambios de rasante y dejan la huella de sus enormes neumáticos traseros impresa en los guarda raíles de algunas curvas.

En la vuelta 26, el Embassy Hill-Ford GH1 de Rolf Stommelen (líder de la carrera en ese momento) perdía el alerón trasero y, en su descontrolado vuelo mortal, se llevaba por delante la vida de cinco personas. El piloto alemán sufría heridas de consideración, pero sobrevivió al tremendo accidente (volvió cuatro meses después en el GP de Austria).

De forma inaudita, la organización no detuvo la carrera y transcurrieron otras cuatro dramáticas vueltas hasta que decidieron interrumpirla en la vuelta 30. Jochen Mass (McLaren-Ford M23) se adjudicaba la victoria, aunque a los clasificados se les concedió tan solo la mitad de los puntos al no superarse el 75% del recorrido total (previsto a 75 vueltas).

Aquella sería la última carrera oficial de la Fórmula 1 en el mítico circuito de Montjuic (Barcelona).