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Niki Lauda vs James Hunt. II parte

Un relato de El Abuelete del M3 - 26 septiembre 2013

Triunfo y descalificación en el GP de España de 1976

El cuarto Gran Premio de la temporada se disputa en el madrileño circuito del Jarama y James Hunt (McLaren-Ford M23) vuelve a repetir «pole», con Niki Lauda en segunda posición de parrilla, estrenando el nuevo Ferrari 312 T2.

Pocos días antes de la carrera, Lauda sufría un inoportuno accidente en su granja de Austria y se fracturaba tres costillas al caerse de un tractor, viéndose obligado a tomar la salida atiborrado de calmantes.

De nuevo, uno frente al otro, anteponiendo osadía al cálculo y fantasía desenfrenada a la voluntad más férrea. Pese a la obstinación de Lauda, fue Hunt quien pasó primero bajo la bandera de cuadros.

Sin embargo, Hunt se encontró con un triunfo envenenado. Tras la entrega de premios se extendía por el “paddok” el rumor de que su McLaren-Ford M23 era irregular y resultaba descalificado por exceder en un solo centímetro la anchura máxima, según un nuevo reglamento implantado en los días precedentes.

El equipo McLaren recurría la sanción, atribuyendo el mínimo desfase en la medida al aumento del volumen de los neumáticos en carrera, pero no sería hasta varios meses después cuando se producía la resolución favorable hacia Hunt, ajudicándose así la victoria definitiva.

Emilio de Villota con el Brabham BT44 en el circuito del Jarama, durante el GP de España de 1976.Sin querer excederse de los límites de este relato, “El Abuelete del M3” conserva un recuerdo muy especial de aquel Gran Premio de España de 1976, al ser la primera vez que concurría el piloto español Emilio de Villota, a quien el “Pub Seis Peniques” llegó a patrocinar modestamente en algún momento de su aventura en la Fórmula 1, colocando sus pegatinas amarillas en el morro. Lástima que las circunstancias de la calificación no permitieran nunca lucirlas en carrera.

Otro detalle para el recuerdo sería la aparición por primera vez del Tyrrell-Ford Proyect34 de seis ruedas (pilotado por Patrick Depailler), un monoplaza cuya silueta ha quedado como un icono de la época.