Síguenos

Mucha carretera y un solo carril

Un relato de El Abuelete del M3 - 4 abril 2012

Todos a bordo del TS

Eran los años del desarrollo económico, la escena política nacional estaba relativamente tranquila, al menos en la superficie, y todo aquel emprendedor que tenía una idea y se aplicaba a ella, normalmente encontraba respuesta; habíamos carecido de todo y todo lo nuevo nos atraía.

Sin que esto sea un ejercicio de nostalgia, reconociendo que faltaban algunas libertades básicas (no solo de pan vive el hombre), lo cierto es que, en 1970, había tarea para todos y todos nos lanzamos en pos del señuelo de la prosperidad, cuya evidencia para los madrileños eran los grandes carteles anunciando en la Sierra ”verdes praderas” en tamaño parcelita y apartamentos de Sofico, en Benidorm.

A las 5:30 de la madrugada del 1 de Agosto de 1970, dos matrimonios jóvenes, con dos niños pequeños cada uno, enfilábamos el Pº de la Castellana de Madrid, absolutamente colapsado a esa hora de vehículos cargados al máximo de su capacidad, como el nuestro. Todos nos habíamos ganado el derecho a disfrutar de las vacaciones y “descubrir” el Mediterráneo , como una familia “Alcántara” más.

Mi coche era un Renault 8 TS de color amarillo, “of course”, con sus cuatro faros delanteros, volante deportivo, cuentavueltas electrónico, un velocímetro cargado de optimismo y varios relojitos más en el salpicadero que, unidos a un sonido de escape realmente único, convertían en un ensueño de pureza deportiva sus escasos 60 CV.

Una cosa era lo que aquel R-8 TS prometía y otra bien distinta lo que me permitía hacer con cuatro adultos y cuatro niños en su interior, equipaje para 10 días y miles de coches que habían madrugado cinco minutos más que nosotros.


CONTINÚA LEYENDO

Todos a bordo del TS

El atasco interminable