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Lexus LFA

Escrito por: Víctor M. Fernández - 18 noviembre 2011

Todo un reto tecnológico

Desde un principio, el ambicioso planteamiento técnico del Lexus LFA se ha llevado a cabo teniendo en cuenta las especificaciones propias de los coches de carreras.

El uso de plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP) supone el 65 por ciento del peso del chasis y la carrocería, mientras que el 35 por ciento restante está realizado en aluminio. Además, el empleo de aleaciones ligeras ha supuesto una máxima imprescindible en el desarrollo del LFA y, los distintos elementos de la suspensión, el motor, la transmisión y el escape, recurren a materiales ligeros como aluminio, magnesio y titanio. Semejante construcción no sólo le ha convertido en uno de los deportivos más ligeros en la actualidad (1.480 kg en vacío), sino que también le aporta una rigidez torsional digna del mejor GT de carreras.

Los discos de freno son carbono cerámicos y han permitido reducir nada menos que 5 kg el peso por rueda, lo que aligera de manera destacable el peso de las masas no suspendidas y aporta un mejor trabajo de las suspensiones.

La suspensión es de doble triángulo delante y lleva un elaborado multibrazo trasero cuyo desarrollo se ha efectuado prácticamente sobre el exigente trazado del Nordschleife. Los mismos amortiguadores monotubo de aluminio con depósito remoto que ha utilizado el LFA con el que han corrido en las 24 Horas de Nürburgring son los que monta también el coche de serie.

Para equilibrar el conjunto, el LFA tiene el motor en disposición central delantera y lleva la caja de cambios situada sobre el eje posterior, consiguiendo así un reparto de pesos del 48 por ciento delante y el 52 restante detrás. Esto le permite no sólo ofrecer unas reacciones muy nobles y directas, sino que también se aprecia una capacidad de tracción destacable en este coche de propulsión trasera con diferencial autoblocante.