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Mercedes 190 SL Roadster, un paseo por el pasado

Escrito por: Víctor M. Fernández - 28 noviembre 2014

Suspensión independiente para un comportamiento sensacional

Uno de los elementos mecánicos que llaman la atención en el Mercedes 190 SL es la configuración independiente a las cuatro ruedas de la suspensión, algo común en los coches de la actualidad, pero muy elaborado en los modelos de 1955.

Si en el eje delantero muestra un paralelogramo deformable constituido por dobles triángulos superpuestos (de diferente longitud el superior y el inferior), en el eje trasero se recurría a una solución que cuenta con dobles tirantes longitudinales independientes y dos brazos oscilantes que pivotan sobre el diferencial (en los cuales se incluyen también los palieres de transmisión).

Esto permitió no solo que el Mercedes 190 SL ofreciera un comportamiento realmente destacable en la época, sino también que su capacidad de absorción de las irregularidades del terreno resulte sensacional, incluso hoy en día.

Su cinemática se muestra soberbia sobre carreteras bacheadas y los conjuntos de amortiguadores telescópicos y muelles helicoidales en las cuatro ruedas se encargan de rematar un trabajo muy bien hecho. El Mercedes 190 SL se desenvuelve por todo tipo de carreteras con una sensación de comodidad destacable, mimetizándose en su movimiento sobre el asfalto con enorme eficacia, incluso cuando el piso es irregular.

06_Mercedes-190-SL-RoadsterLa enorme desmultiplicación de la dirección (18,5 a 1), junto con sus 3,7 vueltas de volante y la destacable holgura que transmite su mecanismo de recirculación de bolas no contribuye a que percibamos una buena precisión de guiado a la hora de inscribirlo en las curvas, aunque el paso de los kilómetros y la buena sensación que transmite la puesta a punto de las suspensiones nos ayudan a acostumbrarnos a semejante tacto.

También requiere un pequeño tiempo de adaptación su tacto de frenada, con un equipo dotado de cuatro tambores que hacen lo que pueden para detener las inercias generadas. Menos mal que la servoasistencia que lleva permite dosificar la presión con mucha más facilidad, detalle que ayuda enormemente a obtener una mayor precisión en la frenada.

En cualquier caso, el Mercedes 190 SL Roadster no me ha parecido un coche para disfrutar especialmente de una conducción de estilo deportivo, sino más bien para recrearse de las sensaciones que transmite mientras percibimos el aire y la amplitud de tener todo el cielo a nuestra disposición, aunque también nos permita dar rienda suelta a una conducción dinámica sin complejos.