Síguenos

La magia de la restauración

Escrito por: Víctor M. Fernández - 1 agosto 2012

Rehaciendo la mecánica

Tras más de siete meses de trabajo, había llegado el momento de meterse en profundidad con la parte mecánica. Se desmontan por completo los puentes delantero y trasero para sustituir los amortiguadores y los muelles, todos los casquillos de la suspensión (“silent blocks”), rodamientos y retenes, además de limpiar y zincar la tornillería y pintar todas las piezas con clorocaucho de color negro (elemento protector).

Una vez montados ambos ejes se pasó a la restauración de todo el equipo de frenos. Se rectificaron los tambores de las cuatro ruedas (los delanteros de aluminio y los traseros de acero), se cambiaron las zapatas, los bombines y el cable del freno de mano, además de instalar una nueva bomba de freno y de servofreno.

También se reconstruyó por completo el sistema direccional. Tras desmontar la caja de dirección se pusieron nuevos retenes, rodamientos, bolas del tornillo sin fin y lubricante. También se cambiaron todas las rótulas de la dirección (8 en total) y el amortiguador de compensación de la dirección.

La transmisión fue el siguiente mecanismo remozado y se despiezó por completo la caja de cambios, el árbol de transmisión y el diferencial. En el primero de los elementos se sustituyeron los retenes y los rodamientos, además de revisar toda la piñonería y el flector de salida de la transmisión.

El diferencial se limpió, revisó y engrasó convenientemente, mientras que en el árbol de transmisión se pusieron crucetas nuevas y fue sustituido el rodamiento central oscilante (la transmisión consta de dos piezas unidas por dicho rodamiento central).

También fue sustituido el equipo de embrague, con nuevo disco, plato de presión y collarín.