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Mercedes-AMG GT Black Series 2020

Escrito por: Víctor M. Fernández - 9 octubre 2020

Nuevo cigüeñal plano en su motor AMG V8 4.0 Biturbo con 730 CV

Los ingenieros de motores de Affalterbach (localidad alemana donde está ubicado AMG) han dado una nueva vuelta de tuerca al poderoso motor V8 4.0 Biturbo utilizado también en el Mercedes-AMG GT R (585 CV).

Como es tradición, las versiones “Black Series” vienen siempre acompañadas de un incremento de potencia y, en el caso del nuevo Mercedes-AMG GT Black Series, esta mejora ha sido realmente destacable, alcanzando los 730 CV gracias a la importante remodelación realizada en el propulsor (código motor “M178 LS2”).

Uno de los principales cambios se encuentra en la introducción de un nuevo “cigüeñal plano” (solución habitualmente empleada en los motores de competición), en lugar del “cigüeñal cruzado” que emplea el propulsor empleado en el Mercedes-AMG GT R (código motor “M178”).

En el “cigüeñal cruzado” del motor V8, los muñones de los cuatro pares de cilindros están separados 90º entre sí, mientras que en el “cigüeñal plano” se encuentran a 180º, quedando así contrapuestos en un mismo plano (comparación entre ambos cigüeñales).

Las ventajas del “cigüeñal cruzado” es que permite al motor ofrecer una gran suavidad de marcha y un elevado par a bajas revoluciones, además de emitir un sonido bronco característico.

Dicho sonido se afina y agudiza con el empleo de un “cigüeñal plano”, que permite incrementar el régimen de giro para alcanzar valores de potencia más elevados, situando ahora el régimen de potencia máxima entre 6.700 y 6.900 rpm (6.250 rpm en el motor del AMG GT R), encontrando la zona roja del cuentavueltas a 7.000 rpm y el corte de inyección a 7.200 rpm.

La adopción de un “cigüeñal plano” permite alternar el encendido entre una bancada de cilindros y la otra (1-8-2-7-4-5-3-6), solución que mejora el ciclo de admisión y escape, generando también pulsos de honda uniformes de los gases de escape cuyas resonancias pueden aprovecharse para incrementar la potencia y ofrecer una respuesta todavía más directa a las solicitudes del acelerador (comparación entre las secuencias de encendido con ambos cigüeñales).

Como es lógico, el cruce de los árboles de levas es específico para el motor del AMG GT Black Series (para adaptarse a la nueva secuencia de encendido), que sigue contando con distribución variable continua para las válvulas de admisión y escape.

Además, para optimizar el aprovechamiento de la cilindrada y el potencial de prestaciones en el propulsor del Mercedes-AMG GT Black Series, los ingenieros de AMG han colocado los colectores de escape y los dos turbocompresores en la parte interior de la “V” formada por las dos bancadas de cilindros (dispuestas a 90 grados).

También son específicos los dos turbocompresores, que cuentan con doble entrada (“Twin Scroll”) y se apoyan sobre rodamientos para optimizar su respuesta, siendo capaces de mover en conjunto hasta 1.100 kg de aire por hora (900 kg/h en el motor del Mercedes AMG GT R).

Semejante flujo ha precisado la adopción de dos intercambiadores de calor (“intercooler”) de mayor tamaño (refrigerados por agua/aire), para garantizar el enfriamiento del aire de admisión en las condiciones más exigentes de uso, especialmente teniendo en cuenta su evolucionado desarrollo enfocado a rodar en circuito.

Tanto los colectores de escape como toda la línea de escape son también nuevos, empleando en su construcción un acero inoxidable de sección estrecha para aligerar el conjunto.

El evolucionado escape del Mercedes-AMG GT Black Series también es de doble tramo y se distingue por sus cuatro salidas de escape en los laterales del paragolpes trasero (en lugar de la salida central hexagonal del AMG GT R).

El resto de detalles mecánicos del motor de la versión Black Series siguen siendo comunes con el propulsor V8 del que deriva, con 3.982 cm³ de cilindrada, cárter en seco, inyección directa de gasolina de tercera generación (con inyectores piezoeléctricos), pistones forjados de aluminio y camisas de los cilindros revestidas en “Nanoslide”, una lámina de aleación de hierro y carbono que proviene de los motores Mercedes-AMG de Fórmula 1 (material más duro, con menor fricción y menos susceptible al desgaste que la fundición gris utilizada en las camisas convencionales).

Con todo esto, el motor V8 4.0 empleado en el Mercedes-AMG GT Black Series desarrolla una potencia máxima de 730 CV entre 6.700 y 6.900 rpm (585 CV a 6.250 rpm en el AMG GT R), una imponente potencia específica de 183,3 CV/litro (146,9 CV/ litro en el AMG GT R) y también ha experimentado un notable incremento en el par motor, con un valor máximo de 800 Nm entre 2.000 y 6.000 rpm (700 Nm entre 1.900 y 5.500 rpm en el AMG GT R), ampliando así su elasticidad y régimen óptimo de utilización.

Si los valores de motor resultan contundentes, las cifras de prestaciones se muestran acordes a su potencial, con una velocidad máxima de 325 km/h (318 km/h en el AMG GT R) y una capacidad de aceleración imponente, necesitando tan solo 3,2 segundos de 0 a 100 km/h (3,6 segundos en el AMG GT R) y 9,0 segundos para acelerar de 0 a 200 km/h.

Como es ya tradicional en los modelos AMG, cada motor está montado a mano por un solo mecánico en las instalaciones de Affalterbach (Alemania) y cuenta con una chapa personalizada con la firma de dicho operario, que en esta versión Black Series está pintada de color negro.