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Ford Focus Berlina ST 2.0 EcoBoost

Escrito por: Víctor M. Fernández - 24 diciembre 2012

Nuevas ayudas electrónicas mejorables en eficacia

Además de trabajar bien en la puesta a punto de los controles electrónicos, Ford ha introducido en el Focus ST 2.0 EcoBoost nuevas ayudas a la conducción que pretenden incrementar su eficacia y facilidad de guiado en conducción deportiva.

En el modo de conducción “Sport” (que seleccionamos pulsando el botón “ESC OFF” situado en la consola central), se mantiene activo el control de estabilidad “ESC”, pero deja de actuar el control de tracción, pasando a ser responsabilidad del conductor la forma de dosificar la “caballería”. Con el control de tracción desactivado es donde apreciamos en mayor medida cómo trabaja el nuevo control vectorial de par “TVC” (“Torque Vectorial Control”), que actúa a modo de autoblocante electrónico, frenando de forma selectiva la rueda interior de la curva para evitar pérdidas de motricidad. En la práctica, su eficacia es simplemente correcta y no alcanza el nivel de eficacia que aporta un buen autoblocante mecánico, castigando además el equipo de frenos si prolongamos el uso exigente. El “TVC” ayuda en conducción a fondo, pero no llega a ser definitivo y sigue apreciándose ciertas pérdidas de motricidad de la rueda interior cuando pisamos el acelerador sin contemplaciones en medio de una curva cerrada.

El Focus ST introduce otra nueva ayuda electrónica a la conducción denominada “CUSC” (“Control de Subviraje en Curva”), que también recurre al equipo de frenos para tratar de incrementar su agilidad de guiado en carreteras viradas. Su funcionamiento es parecido al del “TVC”, frenando de forma selectiva la rueda interior de la curva con el fin de conseguir un efecto direccional en el eje delantero cuando damos gas (algo que también hace un autoblocante mecánico, en mayor medida cuanto mayor es su efecto autoblocante). El resultado en términos de eficacia no es mucho mejor que el obtenido por el control vectorial de par electrónico.

En definitiva, dichos controles electrónicos seguro que ayudan, pero siguen sin alcanzar el nivel de eficacia obtenido por un autoblocante mecánico. Quizá sea cuestión de afinar algo más su puesta a punto.