Síguenos

Todos los Mercedes AMG Black Series (2006 – 2020)

Escrito por: Víctor M. Fernández - 19 julio 2022

Mercedes-Benz SL 65 AMG Black Series (2008)

El tercer modelo “Black Series” salido de la división “AMG Performance Studio” sería el espectacular Mercedes-Benz SL 65 AMG Black Series (Serie “R230”), un coupé biplaza, derivado del Mercedes-Benz SL 65 AMG descapotable, que introducía un aspecto impactante, enormes pasos de rueda que ensanchaban la carrocería 140 mm (1.960 mm), neumáticos más grandes (265/35 R19 delante y 325/30 R20 detrás) y un nuevo alerón trasero activo, que se elevaba automáticamente 12 cm al superar los 120 km/h de velocidad, para aportar una carga aerodinámica de 50 kilogramos a 200 km/h.

Los ingenieros de AMG Mercedes realizaban importantes modificaciones en el imponente motor V12 6.0 Biturbo, que afectaban a los dos turbocompresores (cuya sección transversal era un 12 % más grande), los conductos de admisión, el sistema de inyección, los “intercoolers” (un 30 % más efectivos) y el diseño del escape, para desarrollar una potencia máxima de 670 CV a 5.400 rpm (612 CV en el SL 65 AMG de 2008 y 630 CV en el SL 65 AMG de 2012), aunque aún más impactante era todavía el valor de par motor, que alcanzaría nada menos que los 1.200 Nm si no hubiera sido limitado electrónicamente a 1.000 Nm entre 2.200 y 4.200 rpm.

Dicha limitación trataba de no comprometer la fiabilidad de su caja de cambios automática “AMG Speedshift Plus” de cinco velocidades, con cuatro programas de funcionamiento (“Comfort”, “Sport”, “Manual 1” y “Manual 2”) que estaban asistidos por una nueva función de “doble embrague” automático en las reducciones realizadas manualmente (con las levas situadas detrás del volante).

No podía faltar en esta versión “Black Series” un diferencial autoblocante en el eje trasero (tarado al 40 %), que recibía un nuevo sistema de refrigeración activo para su aceite lubricante.

Semejante potencial prometía unas prestaciones excepcionales en el Mercedes-Benz SL 65 AMG Black Series, con una velocidad máxima de 320 km/h (limitada electrónicamente) y unas rabiosas aceleraciones de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos (250 km/h y 4,2 segundos respectivamente el SL 65 AMG de 2008) y de 0 a 200 km/h en 11,0 segundos.

Para conseguirlo se había trabajado también a fondo en su aligeramiento, introduciendo numerosas piezas fabricadas en fibra de carbono, entre ellas todo el nuevo techo duro (con arco de seguridad integrado), las aletas delanteras, el capó (con nuevas salidas de aire), el faldón frontal (“splitter”), el difusor posterior, la tapa del maletero, el alerón trasero, las molduras decorativas del habitáculo (en puertas y consola central) y la estructura de los asientos bacquet (en el mercado americano llevaba unos asientos deportivos con regulación eléctrica).

Además, se empleaba aluminio en la construcción de todo el motor y buena parte de los elementos de la suspensión, recurriendo también a unas nuevas llantas de aluminio forjado más ligero.

Se establecía así un peso en vacío de 1.870 kilogramos y una relación peso/potencia de 2,79 kg/CV, lo que suponía una reducción de 175 kg respecto al Mercedes-Benz SL 65 AMG del que derivaba.

El diseño de la suspensión del Mercedes-Benz SL 65 AMG Black Series era completamente renovado, con vías muy ensanchadas (115 mm delante y 103 mm detrás), posibilidad de ajuste mecánico (caída, convergencia y altura) y nuevos conjuntos muelle/amortiguador con una puesta a punto específica, además de llevar una dirección un 8 % más directa y un equipo de frenos con discos ventilados y perforados de 390 mm de diámetro delante y 360 mm detrás, mordidos por pinzas fijas (monobloque de aluminio) con seis pistones en el eje delantero y cuatro pistones en el trasero.

Con sus 670 CV, el Mercedes-Benz SL 65 AMG Black Series se convertía en el deportivo de calle más potente fabricado por AMG hasta el momento de su aparición, todavía más que el súper deportivo Mercedes-Benz CLK-GTR (612 CV) y también más poderoso que el exclusivo Mercedes-Benz SLR McLaren Coupé (625 CV).

Además, desde su aparición en 2008, ha sido la versión “Black Series” más potente fabricada hasta la fecha y hemos tenido que esperar hasta 2020 para que fuera superada por el nuevo Mercedes-AMG GT Black Series (730 CV), aunque el propulsor V8 4.0 Biturbo del nuevo AMG GT Black Series (800 Nm) sigue sin superar la brutal cifra de par motor (1.000 Nm) alcanzada hace más de una década por aquel propulsor V12 6.0 Biturbo del SL 65 AMG Black Series.

Tan solo 350 unidades del Mercedes-Benz SL 65 AMG Black Series se fabricarían entre septiembre de 2008 y agosto de 2009, convirtiéndose así en uno de los deportivos más exclusivos y valorados de la marca alemana.

Su elevado precio de comercialización ya en 2008 (327.250 € en Alemania) se mantiene prácticamente en la actualidad, donde las pocas unidades que podemos encontrar a la venta rondan esa cifra en el mercado de segunda mano y subastas.

Sobre el circuito Nürburgring-Nordschleife, el Mercedes-Benz SL 65 AMG Black Series (670 CV / 1.870 kg) obtenía un tiempo por vuelta de 7 minutos 51 segundos, mucho más rápido que el Mercedes-Benz SL 65 AMG (612 CV / 2.045 kg) del que derivaba, aunque sin llegar al registro marcado anteriormente por el exclusivo Mercedes-Benz SLR McLaren Coupé (625 CV / 1.693 kg), que era capaz de parar el cronómetro en 7 minutos 40 segundos, aprovechando su mayor ligereza.