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Copas y carreras al ritmo de la musica disco

Un relato de El Abuelete del M3 - 10 julio 2012

La tribu de los “circuiteros”

Si la tribu de los rallyes era numerosa, la de los “circuiteros” también era abundante en número y calidad. Encabezada por Emilio de Villota, nuestro hombre en la Fórmula 1, cuando triunfar en F1 era simplemente una utopía para los españoles; Santi Martín Cantero, aquellas manos capaces de convertir un Simca 1.000 en un relámpago; Antoranz, con un perfil a lo Jochen Rindt;  Jesús Pareja, que supo quemar sus naves para salir fuera a buscar el triunfo; Mario Escat, capaz de tirarle al río Guadalope las llaves de su R8 TS a un rival que empujaba para salir de una de las montoneras habituales de Alcañiz…

De las “Copas TS” de Renault y de la Fórmula 1.430 salieron también triunfantes otros grandes pilotos como Ricardo Galiano, Luis Verdú, Arturo de Onís, Paco Arellano, José Ángel Sasiambarrena, el “Chimmi” (Fermín Sánchez), los hermanos Rueda (entre los que Mercedes no era la menos rápida)… y ya empezaban a configurar un palmarés envidiable los “Luises” (Luis Pérez Sala y Luis Villamil).

Citarles a todos sería componer una parrilla de salida en la que el último sería el primero, pues cubrirían los 3.404 metros del antiguo trazado del Jarama y aún quedarían algunos que tendrían que salir desde boxes.

También aquí, pasando lista, nos faltan ya otros nombres entrañables: Antonio Albacete, en su Mini “proto” de techo imposible (aunque nos dejó en herencia a su hijo, Albacete Junior, pluricampeón de España de automovilismo y de Europa en camiones); Carlos  Peñacoba, el hombre Cibié; Jorge De Bagratión, compartiendo el Lancia Stratos con su fiel Barbeito en el más allá y quizás el trono que no llegó a ocupar en su lejana Georgia. Todos se fueron demasiado pronto.

Sería injusto, imperdonable, no recordar a mi amigo Klaus. Las circunstancias de la vida llevan a la gente a lugares muy lejanos y cada paso significa mayor distancia, cuando hubo caminos que recorrimos juntos. Cuando veo un Porsche, me acuerdo de ti, querido amigo y siento que aún estoy en deuda contigo.

Han pasado muchos años de todo aquello pero, cada vez que me reencuentro con alguno de ellos, vestidos todavía de “gladiadores romanos”, disfrutando ahora de circuitos que no tuvieron entonces y Rallyes de Históricos que reviven aquellos días, les miro y descubro bajo el casco rostros sudorosos y miradas de niño.

Pienso que el tiempo pasa, pero la pasión perdura.


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