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Leyendas del pasado IV: Bernd Rosemeyer II

Un relato de El Abuelete del M3 - 6 septiembre 2013

Grosser Preis von Deutschland 1937. Espectáculo y drama

El 27 de Julio de 1937 todo estaba preparado para la disputa del GP de Alemania, siempre sobre los 22,810 km del trazado de Nürburgring, amenazado por el habitual tiempo nublado, ventoso y frío del verano en el bosque de Eifel.

Para esta carrera las dos marcas germanas han alistado sus escuadras completas, con cinco Auto Unión Type C 6.0 V16 (Rosemeyer, Stuck, Von Delius, Hasse y Müller) y siete Mercedes W125 5.6, de los cuales solo cinco tomarán la salida en carrera (Caracciola, Von Brauchitsch, Lang, Seaman y Kautz).

Hasta nueve Alfa Romeo, tres de ellos de la Scuderia Ferrari (Nuvolari, Farina y Trossi), y ocho Maserati, todos privados, están preparados para las prácticas de calificación.

El ambiente habitual de apasionamiento aumenta en la multitud cuando el Messerschmitt Bf 108, pilotado por Elly Beinhorn, aterriza sobre la pista del circuito y desciende el propio Bernd Rosemeyer de su cabina, ataviado para el comienzo de la calificación.

Bernd, tras su reciente triunfo en América, demuestra un estado de forma que le lleva a rebajar hasta 11 segundos su propio récord de vuelta en el tortuoso Nürburgring, a la vez que distancia en 6 segundos al Mercedes W125 de Hermann Lang, mientras que Manfred von Brauchitsch (Mercedes) se situa en la tercera posición de parrilla y Rudolf Caracciola (Mercedes) marca el cuarto mejor tiempo.

En el “briefing” previo a la salida, el pretencioso y ridículo “Korpsführer”, Adolf Hühnlein, advierte a los pilotos que deben evitar excesivas muestras de cariño con sus parejas en la zona de boxes, al resultar este un gesto impropio de un buen “ario”, amenazándoles con la posibilidad de ser detenidos si lo hacen.

La respuesta tardará en llegar el tiempo que duró completar la vuelta de formación, tras el habitual desfile de los jerarcas, escoltados por innumerables motoristas uniformados. Todos a una, los pilotos paran los coches, abandonan sus bólidos y se dirigen al lugar donde están reunidas novias y esposas, de las que se despiden con un largo y apasionado beso, entre el regocijo de los espectadores.

Cada marca afronta los 501,8 km de longitud de la prueba en función de su estrategia de equipo y circunstancias. Bernd Rosemeyer, pese a su ventaja en la salida, padece el destrozo de su neumático trasero derecho y una parada desastrosa en boxes, en la que tienen que retirar la fijación de rueda a golpes de martillo y cincel.

No es el único que sufriera graves problemas en el equipo Auto Union. Hans Stuck debía retirarse por avería del motor y Hermann Müller se salía de la pista al intentar evitar la colisión con su compañero Enst Von Delius.

Unas vueltas después, el propio Von Delius impactaba contra el Mercedes W125 de Dick Seaman cuando trataba de adelantarlo a cerca de 250 km/h. Seaman golpeaba un hito kilométrico y resultaba herido en la cara, aunque sin graves consecuencias. Von Delius, por el contrario, atravesaba un seto, invadía un campo y terminaba fuera de la pista con una pierna rota y otras heridas internas sin pronóstico inmediato.

Rudolf Caracciola conseguía la victoria para Mercedes, que también ocupaba la segunda plaza con Von Brauchitsch, mientras Rosemeyer conseguía escalar hasta la tercera posición después de una recuperación asombrosa en la que marcaba la vuelta rápida en carrera (9 m 53,4 s).

Habían sido 3 h 46 m 00 s de batalla que le permitían a la marca de Stuttgart volver a la victoria en el GP de Alemania, después de haberlo ganado por última vez en 1931.

A la mañana siguiente se confirmaba el fallecimiento del piloto de Auto Union, Ernst von Delius, a consecuencia de una trombosis.