Síguenos

Leyendas del pasado IV: Bernd Rosemeyer II

Un relato de El Abuelete del M3 - 6 septiembre 2013

El final de la batalla

En esa temporada de “ruido y furia”, el Grand Prix de Mónaco (8 de Agosto de 1937) marca un nuevo hito, mil veces relatado y pintado en su día por Alan Fearnley, para mostrar los rugientes Mercedes W125 de Manfred von Brautchitsch y Rudolf Caracciola escalando la rampa del Hotel “Beau Rivage” en una lucha fraticida por la victoria, que los enfrentó en varias fases de la prueba y se resolvió en última instancia por la pérdida de ritmo del segundo.

Bernd Rosemeyer hubo de conformarse con un cuarto lugar, compartiendo el bólido de Hans Stuck después de haber sufrido el suyo una colisión con las protecciones del “Gasómetro” en la vuelta 19.

Tras una nueva victoria de Rosemeyer la semana siguiente en la Coppa Acerbo (15 de Agosto de 1937), las dos últimas pruebas puntuables para el Campeonato de Europa muestran un claro dominio de Mercedes. Rosemeyer finaliza en el quinto puesto en el GP de Suiza (compartiendo asiento con Tazio Nuvolari) y en la tercera posición del podio en el GP de Italia, que ese año se había trasladado a Livorno.

Con la disputa del Campeonato de Europa limitada a tan solo cinco Grand Prix y un sistema de puntuación que hoy resultaría incomprensible, fueron suficientes las tres victorias de Rudolf Caracciola en Alemania, Suiza e Italia y la de Manfred von Brauschitsch en Mónaco para que Mercedes-Benz se adjudicara el título de marcas, frente a la única victoria de Auto Union en el GP de Bélgica, pilotado por Rudolf Hasse.

Sus tres victorias le valen a Caracciola el título de Campeón en 1937, pero “el ruido y la furia” de esta temporada ha sido una constante en todos los circuitos y, varios de los Grand Prix disputados sin puntuación para el campeonato, han tenido la misma o superior emoción. Sin ella no se habrían movilizado masas ingentes de aficionados para contemplar la gesta de sus héroes.

Las victorias de Bernd Rosemeyer en Eifelrennen, Copa Vanderbilt y Pescara (Coppa Acerbo), ninguna de ellas puntuables para el campeonato que se ha adjudicado su máximo rival Caracciola, serán completadas el 2 de Octubre de 1937 con un último triunfo en el Grand Prix de Donington (Inglaterra).

Como anécdota en este último GP, las casas de apuestas inglesas atribuyeron a Rosemeyer una valoración de 5 a 1 (desconocedoras del potencial real del piloto alemán) que aprovecharon varios miembros del equipo para multiplicar su ganancia apostando sobre seguro.