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Hyundai i30 N Performance

Escrito por: Víctor M. Fernández - 19 junio 2018

Disfrutando a fondo del equilibrado chasis del Hyundai i 30 N

Hyundai ha trabajado a fondo en la puesta a punto del chasis de su Hyundai i30 N, obteniendo un equilibrio excelente en la versión con el “Paquete Performance”.

No en vano, los circuitos de Namyang (Corea del Sur) y Nürburgring (Alemania) han sido las pistas de pruebas principales donde la marca coreana ha desarrollado la puesta a punto del chasis del Hyundai i30 N.

Y el resultado no puede ser más satisfactorio, puesto que el compacto deportivo de Hyundai nos sorprende con un comportamiento sobresaliente en carretera y circuito.

Su amortiguación controlada electrónicamente “ECS” (“Electronic Controlled Suspension”), el diferencial autoblocante multidisco de control electrónico variable “E-LSD” (“Electronic Limited Slip Diferencial”), el equipo de frenos con discos ventilados de mayor diámetro (345 mm delante y 314 mm detrás), la dirección activa con asistencia eléctrica “R-MDPS” (“Rack Type Motor Driven Power Steering”), la caja de cambios con desarrollos acortados, el sistema igualador del régimen del motor en las reducciones (“Rev Matching), el control de arrancadas (“Launch Control”) y las llantas de 19 pulgadas con neumáticos más anchos (235/35 R19) son los principales elementos que han permitido al Hyundai i30 N Performance ofrecer una eficacia capaz de satisfacer a los conductores más exigentes.

Buena parte de estos elementos permiten su regulación específica a través de los modos de conducción (“Drive Modes”), ajustando así su respuesta al estilo de conducción puntual que queramos realizar (“Eco”, “Normal”, “Sport”, “N” y “N Custom”.

Si ya en el modo “Sport” nos aporta una respuesta plenamente deportiva y sensaciones de conducción excelentes, los ingenieros de la división N han ido todavía más allá con el ajuste “N”, en donde el reglaje de todos los elementos configura un coche excepcionalmente estable, deportivo y eficaz en conducción al límite.

La puesta a punto de este “modo N” se ha realizado pensando en aquellos que quieran disfrutar de la máxima eficacia en circuito, aunque también admite su utilización en carreteras de montaña con asfalto en buen estado, absorbiendo muy bien las posibles irregularidades y conteniendo las transferencias de pesos con absoluta eficacia, para mostrarse realmente plano en los giros, sin apreciar movimientos de la carrocería que desestabilicen sus reacciones.

El morro del Hyundai i30 N Performance se inscribe en las curvas siguiendo las indicaciones de una dirección rápida y con agradable tacto (ajustable en los modos “Normal”, “Sport” y “Sport +”), mientras que el diferencial autoblocante activo “E-LSD” (ajustable en los modos “Normal” y “Sport”) gestiona con eficacia los 275 CV del motor y nos permite acelerar pronto a la salida de las curvas, ofreciendo una motricidad excelente gracias al bloqueo variable que aporta su dispositivo multidisco con control electrónico, que modifica de forma activa el tarado del autoblocante en función del modo de conducción seleccionado, las condiciones de adherencia, las solicitudes del acelerador y el giro del volante, trabajando conjuntamente con las ayudas electrónicas (control de tracción y estabilidad).

Las reacciones son nobles y la facilidad de conducción es una cualidad que apreciaremos al volante desde el primer instante, incluso en conducción exigente por carreteras viradas. El eje trasero va muy bien “agarrado” al asfalto y esto permite abordar las curvas rápidas con una confianza ejemplar.

Por el contrario, en las curvas muy cerradas apreciamos que la tendencia inicial es levemente subviradora, obligando a jugar con la transferencia de pesos para provocar el deslizamiento del eje posterior (que nos ayude a colocar el morro apuntando a la salida de las curvas).

Un eje trasero más “juguetón” incrementaría la eficacia del Hyundai i30 N Performance en carreteras reviradas, pero también haría su conducción algo más exigente en el uso cotidiano. Así pues, en la marca coreana han optado por un compromiso de equilibrio, que va a resultar del agrado de una inmensa mayoría y puedo asegurar que resulta un coche muy eficaz y divertido de conducir en cualquier circunstancia.

El remate lo pone un equipo de frenos que trabaja con eficacia, resiste muy bien en trato exigente y tiene un tacto con abundante mordiente y muy fácil de dosificar.

Por si fuera a poco, el Hyundai i30 N Performance apunta buenas maneras en el uso cotidiano, con una suspensión que resulta suficientemente confortable en su reglaje “Normal”. Únicamente echaremos en falta un mayor ángulo de giro cuando circulemos por calles estrechas o a la hora de maniobrar en aparcamientos subterráneos, mostrando un diámetro de giro claramente mejorable (11,6 metros).