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La magia de la restauración

Escrito por: Víctor M. Fernández - 1 agosto 2012

Comienza el montaje

Tras pasar por la cabina de pintura, el Mercedes 190 SL volvía de nuevo a las instalaciones de Muñoz Lanza para comenzar el proceso de montaje. El primer paso fue poner toda la instalación eléctrica completamente nueva, montando después todo el cuadro de instrumentos, los interruptores, la radio y los distintos mandos del salpicadero.

A continuación, se colocaron sobre el piso interior unas planchas de madera que el coche lleva en origen y se procedió a revestir el habitáculo con unos guarnecidos completamente nuevos. A finales de los 50, el 190 SL de color rojo (“RED 534”) podía llevar la tapicería interior y la capota de lona en color negro o en color beis. Para el renovado coche, su nuevo propietario decidió recurrir al tono claro, más suave y ligero visualmente, además de absorber menos calor cuando el coche está descapotado.

Todo el enmoquetado y las alfombrillas eran recambio original de Mercedes-Benz, mientras que la tapicería de cuero natural de los asientos, las puertas y la parte superior del salpicadero fue trabajado específicamente por un tapicero artesanal, aplicando los mismos dibujos y bordados que llevaba el coche original. Dicho especialista en la materia se encargó también de confeccionar la capota de lona, en el mismo tono beis del interior.

Como curiosidad, cabe destacar que el habitáculo de este coche está homologado como “2+1”, es decir, lleva un pequeño “trasportín” detrás del asiento del copiloto que podría ser utilizado por un posible pasajero, sentado de forma transversal al sentido de la marcha, un recurso que permite llevar a una persona menuda durante una distancia corta, aunque difícilmente útil para un recorrido largo.