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En la cumbre del Pico Veleta

Escrito por: Jorge Silva - 19 marzo 2012

Belleza a cualquier hora

Por la mañana, después de una soberbia sesión de charla a la lumbre, nos hemos quedado como se quedó Washington Irvin, pasmados ante el Veleta, aproximadamente como Hemingway se quedó también a los pies del Kilimanjaro. Montañas sublimes ambas, como las más altas cumbres del Atlas. Frente a ellas, el Pico Veleta, señorial y magnífico, alimento de reyes, se distingue como el vecino accesible del Mulhacén (3.481 m), cumbre peninsular y estrella de esta veintena de “tresmiles” de pasado glaciar. Un reto para trepadores, un imposible para quienes ascienden en coche.

Nos hemos acercado al Veleta a tientas en la noche, ayudados por la magnífica iluminación direccional del Lexus IS F. En noches de luna, el Veleta es aún más atractivo: es difícil imaginar peor castigo que quedarse ciego aquí, y en eso el poeta volvía a tener razón. Parecía una maniobra de alto riesgo subir a Sierra Nevada por Cenes, utilizando la transitada pero magnífica A-395, justo en unos días en que la célebre estación de esquí que hay al pie del de Prado Llano había declarado una prórroga. Nuestros temores estuvieron al fin bastante justificados, pero no era tráfico de esquiadores lo que inundaba el recorrido, sino un mar de camiones, motos, bicicletas y senderistas. Todos subiendo y bajando con frenesí. La intensidad del tráfico se convierte de todos modos en seguro y cortapisa, porque las curvas de la A-395, de tipo medio y medio-rápido, tienen el perfil preciso para que hacerlas con un IS F sea realmente emocionante.

No suponíamos que nuestra ascensión iba a tropezar con una barrera final, muy poco después de superar las instalaciones y hoteles anejos a la estación de esquí. Una barrera literal y en toda regla, que cierra el paso a vehículos de cuatro ruedas y nos impide saborear lo que hace muchos años era un icono de las carreras en cuesta del campeonato andaluz. Aceptamos el inconveniente y damos por buena la frustración, si con ello contribuimos a proteger las riquezas y la calma necesaria de este Espacio Natural de Sierra Nevada.