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Mercedes-Benz AMG GT R

Escrito por: Víctor M. Fernández - 17 julio 2016

Ayudas electrónicas inspiradas en la competición

Al igual que en el resto de los Mercedes AMG GT, el control de estabilidad de la versión “R” admite tres posibles reglajes, pero recibe un nuevo control de tracción “AMG Traction Control” que procede directamente del mundo de la competición (basado en el que utiliza el Mercedes AMG GT3).

El control de estabilidad “ESP” tiene un ajuste estándar (“ESP On”), otro deportivo (“ESP Sport Handling Mode”) y la posibilidad de su desconexión completa (“ESP Off”). La puesta a punto de dichas ayudas electrónicas está configurada para trabajar conjuntamente con el diferencial autoblocante electrónico y ofrecer la máxima estabilización y capacidad de tracción en todo momento.

El nuevo control de tracción avanzado “AMG Traction Control” está disponible al seleccionar el modo “ESP Off” y afecta exclusivamente al resbalamiento de las ruedas motrices traseras, sin la intervención estabilizante del control de estabilidad “ESP”.

Mediante un nuevo mando giratorio situado bajo las salidas de aire de la consola central, el conductor puede seleccionar entre nueve posibles ajustes que van incrementando el umbral de deslizamiento de las ruedas motrices en aceleración, hasta llegar a su desconexión absoluta.

El “nivel 1” está programado para conducir sobre asfalto mojado con la máxima eficacia y seguridad, mientras que el “nivel 9” anula por completo la intervención del control de tracción, siendo el piloto el encargado de dosificar el acelerador con la máxima precisión.

Teniendo en cuenta el nivel seleccionado, los sensores del control de tracción del Mercedes AMG GT R analizan en milisegundos el deslizamiento máximo admisible en función de la adherencia, para que el “AMG Traction Control” module con precisión la potencia que va a transmitir el motor hacia el eje trasero, ofreciendo así la máxima eficacia al acelerar, en combinación con el diferencial autoblocante electrónico.

Así pues, el sistema tan solo requiere cierta sensibilidad por parte del piloto para seleccionar el nivel adecuado en cada momento, porque del resto se encarga el control electrónico, para disfrutar de la máxima eficacia sin comprometer la seguridad a la hora de gestionar sus 585 CV de potencia y 700 Nm de par máximo.

Como ocurre en el Mercedes AMG GT3 de carreras, el ajuste seleccionado del “AMG Traction Control” se muestra mediante una banda luminosa de puntos “LED” en torno al mando giratorio, aunque también aparece reflejado en la pantalla central en color del cuadro de instrumentación.