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Gilles Villeneuve, el príncipe sin corona. Parte 3

Un relato de El Abuelete del M3 - 10 julio 2020

Adiós al viejo Jarama con victoria de Villeneuve

La temporada 1981 había comenzado para el equipo Ferrari con el primer fiasco en la primera carrera, el GP de EEUU del Oeste (Long Beach), continuando con los dos siguientes Grandes Premios de Brasil (Jacarepaguá) y Argentina (Autódromo Municipal de Buenos Aires) con sendos abandonos de Gilles Villeneuve y Didier Pironi por avería mecánica.

Llegarían a continuación las discretas actuaciones del GP de San Marino (Imola) y del GP de Bélgica (Zolder), en donde Villeneuve finalizaba en séptima y cuarta posición respectivamente, aunque luchando ya en la zona de puntos y con la primera “pole position” del Ferrari 126 CK en la parrilla de salida de Imola.

La evolución continuaba a marchas forzadas en el seno de la Scuderia italiana, cuyos ingenieros afinaban la fiabilidad mecánica del nuevo motor V6 turboalimentado para sacar también el máximo partido aerodinámico al “efecto suelo” del Ferrari 126 CK.

Con la idea inicial de que el nuevo monoplaza ofrecería su mejor nivel de competitividad sobre los circuitos rápidos, la primera sorpresa de la temporada llegaría en el GP de Mónaco de 1981, donde la maestría de Gilles Villeneuve llevaría al Ferrari 126 CK a obtener la primera victoria de Ferrari con el motor “Turbo”.

El piloto canadiense realizaba un adelantamiento al límite en la frenada de Sainte Dévote, relegando a Alan Jones (Williams) a la segunda posición, con una ventaja final de 39,9 segundos al cruzar la bandera de cuadros.

Solo unas semanas después, Gilles Villeneuve volvería a obtener un nuevo triunfo en el GP de España de 1981 (Jarama), en una de las victorias más apretadas de la historia de la Fórmula 1.

Aquel 21 de junio de 1981, el madrileño circuito del Jarama viviría su último Gran Premio de Fórmula 1, estrenando verano con un tórrido día en el que miles de aficionados acudieron a la cita con la élite del automovilismo, quizás menos de los esperados al coincidir con un puente festivo.

Desde aquel primer GP de 1968 en Madrid, el Jarama simultaneaba con el circuito urbano de Montjuic (Barcelona) la disputa del GP de España de Fórmula 1, siempre en los años pares, hasta que el trágico accidente de Montjuic de 1975 convirtió al Jarama en la única alternativa en nuestro país.

Gilles Villeneuve, al volante del Ferrari 126 CK, obtenía una apretada victoria en el GP de España de 1981, disputado en el circuito del Jarama.Estrecho y muy selectivo en su trazado, el circuito del Jarama tampoco parecía un entorno favorable para los monoplazas de Ferrari, algo que dejaba constancia los tiempos de parrilla, con Gilles Villeneuve y Didier Pironi en séptima y decimotercera posición de salida respectivamente.

El acentuado tiempo de respuesta de sus motores “Turbo” en cada aceleración parecía ponerles en desventaja en el revirado trazado madrileño frente a los rápidos propulsores V8 3.0 atmosféricos que utilizaban sus principales rivales (únicamente Renault compartía tecnología turboalimentada), aunque la victoria obtenida por Villeneuve sobre el revirado circuito urbano de Montecarlo (la carrera anterior) daba pie a cualquier resultado.

Pero, Gilles Villeneuve volvería a mostrar esa genialidad que tan solo tienen los elegidos para la victoria, realizando una salida espectacular que le colocaba ya en la tercera posición al llegar a la primera frenada.

Solo una vuelta después, Villeneuve (Ferrari) adelantaba por el exterior a Carlos Reutemann (Williams) en la curva de final de recta (Nuvolari) y comenzaba su persecución implacable al líder.

Alan Jones (Williams) comandaba la carrera con mucha ventaja y parecía lanzado hacia la victoria, hasta que sufría una salida de pista en la vuelta 14 y dejaba la primera posición en manos de Villeneuve.

El piloto canadiense tenía todavía 66 vueltas por delante y mantendría su “indomable” montura en primera posición, vuelta tras vuelta, con una pequeña salida de trayectoria en la “curva de Portago” que permitía a Carlos Reutemann (Williams) reducir por instantes su diferencia con el líder.

Con las posiciones aparentemente bien marcadas, nadie pudo imaginar lo que allí acabaría ocurriendo en las últimas 20 vueltas de carrera, en donde un grupo de seis coches apretaban sus distancias para luchar al límite por los puestos del podio.

Jacques Laffite (Ligier), que salía desde la “pole position” y había realizado una nefasta arrancada, remontaba hasta el grupo de cabeza, adelantaba a Reutemann (Williams) y comenzaba un ataque y acoso implacable contra Villeneuve (Ferrari).

Gilles Villeneuve, al volante del Ferrari 126 CK, obtenía una apretada victoria en el GP de España de 1981, disputado en el circuito del Jarama.El piloto de Ligier le metía el morro al monoplaza de Villeneuve en cada curva, pero el astuto canadiense aprovechaba la mayor velocidad que le aportaba su motor “Turbo” y la estrechez del Jarama para “cerrar la puerta” cada vez que Laffite lo intentaba.

Un temple solo al alcance de los campeones permitía a Gilles Villeneuve (Ferrari 126 CK) aguantar el liderato hasta pasar primero bajo la bandera de cuadros, con Jacques Laffite (Ligier-Matra JS17) a solo 0,22 segundos, John Watson (McLaren-Ford MP4/1) en tercera posición y Carlos Reutemann (Williams-Ford FW07C) y Elio de Angelis (Lotus-Ford 87) completando las cinco primeras posiciones de carrera con un margen de tan solo 1,24 segundos respecto al vencedor.

Tan apretada clasificación supondría un brillante broche final para la última carrera del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 disputada en el circuito del Jarama y también sería, quién lo hubiera imaginado entonces, la última victoria de Gilles Villeneuve.

Gilles aguantó, haciendo todos los malabarismos necesarios hasta agotar las 80 vueltas, con cinco contendientes que protagonizaron uno de los finales de carrera más apurados que se recuerdan.

NOTA: El final más apretado de la historia de la Fórmula 1 se produjo en el GP de Italia de 1971, con victoria de Peter Gethin (BRM P160) sobre Ronnie Peterson (March-Ford 711) por tan solo 0,01 segundos y los cinco primeros clasificados cruzando la bandera de cuadros con un estrecho margen de 0,61 segundos.