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Audi R8 Spyder 4.2 FSI quattro R tronic

Escrito por: Víctor M. Fernández - 15 junio 2012

Un puesto de conducción envolvente

El puesto de conducción del Audi R8 se adapta a las necesidades del conductor gracias a su acertada ergonomía. El volante permite un amplio reglaje en altura y distancia, mientras que los asientos deportivos de tipo bacquet aportan una buena sujeción lateral y ofrecen ajustes eléctricos que permiten situarlo con facilidad en la posición adecuada. En opción se ofrecen unos asientos bacquet más envolventes, que únicamente me parecen recomendables para aquellos que exijan una sujeción lateral perfecta.

El volante de corte deportivo es muy agradable por su forma y revestimiento y lleva integrados unos mandos multifunción de sencillo manejo que permiten operar sobre el equipo de audio, el teléfono manos libres o el control de órdenes mediante voz. En la parte trasera también lleva las levas selectoras del cambio secuencial. Están unidas al volante, lo que dificulta su manejo cuando estamos girando, aunque en tal situación podemos recurrir al accionamiento de la palanca de cambios (en los coches deportivos me gustan más las levas fijas situadas en la columna de dirección, por detrás del volante).

La instrumentación es abundante en información e incluye indicadores analógicos de temperatura del aceite y voltímetro, además de los tradicionales (velocímetro, cuentavueltas, temperatura del agua y depósito de combustible). También lleva integrado una pantalla multifunción que os ofrece abundante información sobre el ordenador de viaje (con doble lectura), check control, equipo de audio, velocímetro digital, intervalos de servicio y funciones programables, entre otros elementos. El toque “deportivo” lo remata un cronómetro contador de tiempos por vuelta (“lap-timer”).

Todos los mandos están dispuestos en torno al puesto de conducción y su accionamiento resulta fácil y cómodo en líneas generales. En la consola central, el equipo multimedia (opcional) lleva una pantalla en color de adecuado tamaño (6,5 pulgadas) y su manejo resulta intuitivo.

La visibilidad hacia atrás no plantea inconvenientes destacables en este coche con un diseño exterior tan especial, aunque las ayudas del control de distancias de aparcamiento y la cámara de visión trasera resulten especialmente útiles en maniobras de aparcamiento.

Nuestra unidad de pruebas llevaba los faros con tecnología “LED” para conducción diurna y los intermitentes, pero también para las luces de cruce y carretera. Dichos faros aglutinan un total de 54 diodos de altas prestaciones, que son muy potentes en iluminación y proyectan una luz muy “blanca”. Sin embargo, en carreteras viradas se echa en falta un sistema orientable en curva que aportara a la salida de las curvas una mayor visibilidad de la que hay.