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Porsche 911 Carrera S PDK

Escrito por: Víctor M. Fernández - 18 septiembre 2012

Máxima estabilidad y mejores sensaciones

El nuevo Porsche 911 Carrera S transmite tanta sensación de seguridad al conductor que resulta muy fácil de conducir rápido. Perdona los errores de conducción sin comprometer la eficacia y muestra un potencial inmejorable cuando somos capaces de aprovechar todo lo que es capaz de darnos. Otra cosa es llegar a explorar sus límites, y no porque sea exigente en su conducción, sino porque se puede ir tan rápido que requiere ya ciertas dotes de pilotaje para hacer lo que toca donde toca.

El Carrera S lleva de serie la suspensión con amortiguación variable “PASM” (“Porsche Active Suspension Management”) y, nuestra unidad de pruebas, llevaba también el nuevo sistema antibalanceo de la carrocería “PDCC” (“Porsche Dynamic Chassis Control”) que se ofrece en opción, con estabilizadoras activas mediante empujadores hidráulicos en el eje delantero.

Con todo esto, el resultado no puede se más satisfactorio. El Carrera S pisa siempre plano y su agilidad de movimientos es absoluta, con reacciones inmediatas que aportan una extraordinaria precisión de guiado en carreteras reviradas y una sensación de agarre sobresaliente en el paso por las curvas rápidas.

En la consola central encontramos el botón que nos permite seleccionar el reglaje de las suspensiones: “Normal” y “Sport”. En el primero de ellos disfrutamos de un destacable equilibrio entre estabilidad y confort. Aun siendo un reglaje ya duro, absorbe muy bien las irregularidades del terreno y admite una conducción de estilo deportivo sin problemas. En el reglaje “Sport”, la amortiguación se endurece ya de tal forma que solo parece recomendable su uso para rodar en circuito o sobre carreteras muy bien asfaltadas.

Además de contar con un eje delantero más preciso, las modificaciones introducidas en la suspensión posterior han mejorado sensiblemente las sensaciones que transmite el eje trasero, que hasta el anterior 911 (Tipo 997) se apreciaba cómo copiaba las irregularidades del suelo y sus movimientos podrían restar cierta confianza al conductor (problema que han ido solucionando en cada una de las generaciones del 911). En el nuevo Carrera S, dichos movimientos se han mitigado prácticamente y ahora transmite una mayor sensación de aplomo y “solidez” en su pisada.